El Ayuntamiento de Zamora aprueba la novena modificación presupuestaria del año en el noveno Pleno ordinario del año. La media es fácil. Como es fácil deducir, para quien siga la actualidad municipal, que el punto del día ha acarreado un nuevo cruce de declaraciones entre el portavoz del PP, Jesús María Prada, y el concejal de Economía, Diego Bernardo. Si no es el día de la marmota, como asegura el popular, la verdad es que se le parece mucho.
Los argumentos distan poco de los esgrimidos durante los últimos meses, y es que la reiteración del tema deja poco margen para la novedad. Bernardo insiste en que el presupuesto municipal es una estimación de gastos e ingresos y que está abierto a modificaciones porque el Ayuntamiento, dice, «se mueve al compás de lo que necesita la sociedad», que también «es dinámica». Por su parte, Prada pide previsión porque, argumenta, alguna de las partidas podrían haberse incluido en modificaciones previas, cuando no en los propios presupuestos.
El PP incluye en estas últimas los vestuarios del campo de fútbol de Valorio, en los que se invertirá 72.000 euros y que serán, de nuevo, «portátiles». Una decisión equivocada a juicio del portavoz del principal partido de la oposición, que insiste en destinar parte del «elevado remanente municipal» en realizar unos vestuarios «dignos, que no avergüencen a Zamora ni a esta institución cuando vengan niños de otras ciudades a jugar. No sean rácanos», zanja Prada.
Y poco más ha tenido el Pleno de septiembre. Si acaso, el anuncio de que el Ayuntamiento ultima con los colegios de Arquitectos y Arquitectos Técnicos sendos convenios para facilitar la Inspección Técnica de Viviendas en inmuebles de más de cuarenta años y que Zamora deje de ser, como denuncia el PP, la ciudad de más de 20.000 habitantes de Castilla y León con más viviendas sin pasar el examen técnico.