Mari Carmen es dueña de uno de los dos talleres de alfarería tradicional que resisten en la localidad alistana, que llegó a tener a más de treinta mujeres dedicadas al barro
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Mari Carmen es dueña de uno de los dos talleres de alfarería tradicional que resisten en la localidad alistana, que llegó a tener a más de treinta mujeres dedicadas al barro
El alfarero, que lleva el nombre de su pueblo en la marca personal, se mantiene activo en un trabajo artesano «al borde de la extinción»