En la tarde del martes 12 de agosto de 2025, a Abejera se le vino el mundo encima. El fuego que venía de Puercas se echó sobre el pueblo a toda velocidad y obligó a los vecinos a salir de casa sin mirar atrás. Si no es por la ayuda de algunos paisanos, da la sensación de que hay gente que no lo habría contado. De hecho, en la localidad, todavía reina la preocupación por el estado de quieres resultaron heridos; cuatro siguen ingresados por quemaduras, dos de ellos críticos.
Durante estas dos semanas de miedo y fuego en la provincia, se han desalojado 36 localidades, pero pocas estuvieron tan cerca de la tragedia absoluta como Abejera. Desde luego, en Aliste, este pueblo se llevó la peor parte si se ponen todos los factores en la balanza. Trece días después de aquel arreón de las llamas, lo que queda es un balance de daños duro desde distintos puntos de vista y un color negro que tardará en borrarse. Pero la vida sigue, aunque haya sucesos que la detengan unos instantes.

La vida y los planes. Y es que, en Abejera, hace años que un hombre tiene una idea entre ceja y ceja. La historia está contada. Se trata de transformar la antigua estación de tren de la localidad en un hotel rural. En el camino hacia la concreción de esa idea, este hijo de la tierra llamado Sabino Casado ha tenido unos cuantos contratiempos. Este es uno más. Ya no es que las llamas hayan alcanzado el entorno de la vieja terminal, es que el paisaje de la zona se ha visto seriamente afectado. Se recuperará, claro. Y, si todo va bien, allí estará el hotel.
Lo confirma el propio Casado a través de una conversación de Whatsapp que es corta porque él muestra pocas dudas. El día del incendio, este alistano afincado en Madrid, muy metido en el sector de los alojamientos y la hostelería desde hace años, se encontraba de vacaciones fuera de España. Pero por la gente de la zona sabe que la parte de la estación se vio afectada: «Eso no va a impedir continuar con el proyecto», advierte.

De hecho, en primavera, su intención era empezar las obras ya en este 2025. Habrá que ver si eso es posible. El caso es que, a pesar del fuego, no hay marcha atrás. Casado aseguró en su día que la estación de piedra se iba a «mantener tal cual», más allá de las evidentes reformas que necesita, y que lo mismo sucedería con el almacén: «Lo que tendremos que hacer de cero es la casa de los ferroviarios», matizó el promotor.
Todo, con una premisa por delante: «Mi idea es que la gente de Madrid busca ahora otras cosas a la hora de hacer turismo. Muchas veces, se trata de ir donde no ha ido nadie y encontrar un sitio para descansar, escribir o meditar», resaltó el promotor del proyecto, que en sus explicaciones sobre la iniciativa siempre ha hablado de la pertinencia de dar forma a un hotel «muy bien hecho» para que sea atractivo para el público al que se dirige. ¿El nombre? Hotel Sabina, como la madre de su ideólogo. Él tiene claro que la vida sigue tras el incendio.