Pepe Reina salió cabreado del Ruta de la Plata. El Villarreal ganó 1-2, a pesar del padecimiento, pero el portero internacional saboreó poco el pase por culpa de su enfrentamiento con una parte de la grada e incluso con los recogepelotas del estadio, con los que se mostró particularmente nervioso cuando su equipo iba perdiendo y él demandaba más rapidez a la hora de recibir el balón para sacar de puerta.
La prisa cambió de bando en la prórroga, con el Villarreal por delante y Reina decidido a perder tiempo sin demasiado disimulo, como previamente había hecho Fermín del otro lado. Esa actitud encendió a una afición volcada con los suyos y caldeó los ánimos con Reina, que tampoco ayudó justo después del pitido final al lanzar un balón cerca de la cabeza de Bolo sin ninguna necesidad aparente.
El conflicto estalló en el fondo norte y fue en esa portería donde el veterano guardameta perdió los nervios. Una parte de la grada intentó desestabilizarle de manera reiterada y, a la vista de los hechos, lo logró. Ante gritos como «Pepe, eres un facha», el futbolista del Villarreal acabó por girarse al final del encuentro para señalar a los aficionados a los que había identificado y para decirles algo que no se llegó a escuchar entre el griterío.
Carlos Ramos vio el gesto del portero y tuvo un conato de enfrentamiento con él antes de que componentes de los dos equipos separaran al jugador del Zamora del guardameta del Villarreal, que en ese momento decidió enfilar el túnel de vestuarios sin meterse en más jaleos. Antes de salir del césped, saludó a David Movilla sin esbozar ni media sonrisa. Los suyos ganaron, pero no lo parecía.