Ubicado en una peana en un lateral de la iglesia de Fermoselle, la ubicación del órgano se había convertido en un quebradero de cabeza para los responsables del templo y para los feligreses, que accedían a los bancos más cercanos con bastantes dificultades. Aprovechando la restauración del instrumento, una pieza única del siglo XVIII obra de José Liborna de Echevarría, la parroquia planteó ubicarlo en una estructura de madera al fondo de la iglesia, más acorde con el templo, con el órgano y con la función que cumple. El órgano estuvo casi un año en un taller para ser restaurado y regresó a Fermoselle en diciembre del año pasado. Desde entonces y hasta ahora, siete meses han pasado, permanece desmontado, envuelto en plásticos y ocupando todas las dependencias de la sacristía.
Hablando en números redondos, restaurar el órgano de la iglesia de Fermoselle ha supuesto un gasto de 120.000 euros. La mayoría, 100.000, los ha aportado la Diputación de Zamora y el resto, algo más de 20.000, los puso sobre la mesa la Fundación Conchita Regojo, radicada en la localidad, recogidos gracias a aportaciones de entidades, vecinos y simpatizantes.
La estructura de madera, proyectada por el arquitecto Claudio Pedrero, tiene un coste de construcción e instalación de aproximadamente, de nuevo en números redondos, 35.000 euros. Pero nadie, ni asociaciones ni los propietarios del órgano y de la iglesia (esto es, la Diócesis) ha puesto sobre la mesa el dinero necesario. Es decir, el órgano está restaurado, pero no hay dónde ponerlo.
La nueva estructura se ha diseñado contando con la colaboración del organista y académico de la Real Academia de la Bellas Artes de Granada Juan María Pedrero, que ha liderado el diseño de la nueva estructura, «respetando las características históricas del templo y garantizando la estabilidad y accesibilidad del órgano». Además, el maestro organero Joaquín Lois, responsable de la restauración, ha avalado la idoneidad de esta ubicación, destacando su impacto positivo en la estética del templo y en la experiencia musical, según explicaba la Diócesis.

«Con esta intervención, se busca preservar y revalorizar este importante bien patrimonial», proseguían las mismas fuentes en una nota de prensa de noviembre del año pasado, cuando la restauración del órgano llegaba ya a su fase final. El proyecto de estructura de madera cuenta con el visto bueno, lo emitió también en noviembre de 2024, de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
El órgano llevaba años sin uso y estaba afectado por la falta de mantenimiento. Los xilófagos habían hecho estragos. La campaña de restauración fue impulsada por Dolores Armenteros, que reunió el dinero donado por los vecinos, emigrantes y personas vinculadas a la iglesia y a la vida cultural de Fermoselle. El párroco de la localidad, Mariano Pérez, jugó también una importante labor para impulsar el proyecto y que el instrumento recobrara el brillo del pasado y se convirtiera en un activo y un atractivo más del pueblo. Ahora, tras todo ese proceso, el órgano sigue a la espera.
