A las puertas de la estación de Otero de Sanabria se ha colocado esta tarde un ataúd, un féretro listo para abrigar para siempre a la comarca si finalmente termina «muriendo por incomunicación». De esa manera tan gráfica han denunciado varios vecinos y unos cuantos hijos de la tierra lo que puede sucederle a esta zona si Renfe no da marcha atrás y elimina finalmente las frecuencias ferroviarias matinales a partir del 9 de junio.
Los creadores de esta performance han plantado el ataúd, han llevado al cura y a las plañideras, han puesto flores y han representado lo que podría ser el entierro de Sanabria. Eso sí, con el ocupante del féretro todavía vivo, absorto en la lectura, a la espera de ver lo que sucede. Renfe ha anunciado sus planes, pero el palo a la comarca todavía no se ha ejecutado.

Como telón de fondo de la escena, un cartel: «Renfe entierra Sanabria por 15 minutos». Ese es el tiempo que perderían las capitales gallegas si la comarca mantuviese el servicio, según han destacado los participantes en una acción reivindicativa que se reproducirá este jueves en Zamora, cuando se pueda en Madrid y, si hace falta, en Bruselas.
Con su primo Felipe Lagarejo dentro del ataúd, el encargado de pronunciar el discurso que ha acompañado al teatro ha sido Pedro González, un hombre originario de Palacios de Sanabria, residente en Madrid y que ha llegado y se ha marchado en tren gracias a las facilidades que ofrece el transporte ferroviario. El servicio ayuda. Por eso la comarca quiere mantenerlo en las mejores condiciones.
«Queremos mantenernos vivos»
«Si las frecuencias llegan a suprimirse, Sanabria volverá a estar incomunicada», ha constatado González, que ha explicado que «esto va de discriminación positiva para zonas que, como Sanabria, la necesitan»: «Queremos mantenernos vivos. La comarca, sin los trenes, morirá por incomunicación. Queremos llegar al médico, llegar a la vida. Queremos llegar, llegar, llegar», ha subrayado el manifestante.
Pedro González ha recordado que las tierras de la contorna se expropiaron para construir las vías y para dotar a la zona de un servicio público que ahora se pretende mutilar: «Solo queremos las mismas oportunidades. Nos asiste el derecho a una vida digna», ha zanjado el sanabrés. Su grito se escuchará nuevamente este jueves, a partir de las siete, en la plaza de la Constitución de Zamora.