Cerca de 70.000 toneladas de basura de las que cerca de la mitad vuelven al mercado. El impulso del Consorcio Provincial de Residuos al reciclaje en los pueblos y la concienciación, cada vez mayor, de los vecinos de la provincia de Zamora ha hecho que el porcentaje de residuos generados que pueden tener otro uso sea cada vez mayor. Esta es una de las grandes funciones desarrolladas en el Centro de Tratamiento de Residuos de la capital, donde se gestiona la basura generada en toda la provincia.
Desde 2021, cuando comenzó el último impulso al reciclaje en los pueblos, la provincia cuenta con 950 contenedores de papel (los azules) y 854 de envases (los amarillos). Tanto en vidrio como en papel el Consorcio Provincial de Residuos ha bajado la ratio de los pueblos que tienen contenedores, explica el presidente del consorcio, el diputado Ramiro Silva. Antes, lo tenían todos los pueblos con más de 250 habitantes y ahora lo tienen los que tienen más de cincuenta (vidrio y envases) y más de cien (bricks). Aunque «nos encantaría llegar a todos pueblos», asegura Silva, la realidad es que instalar contenedores en pueblos excesivamente pequeños, donde hay que ir a recoger unos pocos residuos con un camión, «causa más perjuicios al medio ambiente que beneficios».
En este sentido, para «afinar» la recogida, la Diputación impulsó hace tiempo la instalación de sensores en los contenedores, sobre todo en los amarillos y los verdes. «Cuando está al 70%, emite una señal y la empresa de recogida incluye al pueblo en su ruta. Facilita las cosas. Sobre todo en verano, cuando hay pueblos que multiplican su población, y la basura generada, por cinco. De pasar una vez al mes hay que pasar cada cuatro días, y la instalación de sensores facilita la gestión.
«En los últimos años, el esfuerzo que se ha hecho para favorecer el reciclaje es muy importante»
Ramiro Silva, presidente del Consorcio Provincial de Residuos
La instalación de contenedores tendrá que aumentar en los próximos tiempos, ya que la nueva ley, que entra en vigor el año que viene, exige también el reciclaje de textiles, aceites de cocina, residuos domésticos peligrosos y voluminosos.
Una vez realizado el reciclaje previo que se hace en las casas llega el trabajo de los más de cuarenta trabajadores que Urbaser tiene en el Centro de Tratamiento de Residuos. Hay una parte mecánica y otra que se realiza de manera manual, detalla el delegado de la empresa. Las botellas, las latas, el film, el papel… se retiran mecánicamente y el resto, a mano.
En las bolsas que entran «preseleccionadas de casa», la amarilla, el porcentaje de recuperación para el mercado llega hasta el setenta por ciento, detalla el diputado Ramiro Silva. En la «bolsa de la basura» de toda la vida el porcentaje baja mucho, hasta el seis o al ocho por ciento para el reciclaje, aunque luego hay orgánicos que se utilizan como abono o compost. «De lo que entra aquí, casi la mitad se recupera y el resto va al vertedero».
¿Reciclan los zamoranos?
«Hay de todo, y va por zonas», asegura Ramiro Silva. Cuanto más grande es la localidad en la que se recoge la basura, más y mejor se recicla, aseguran desde el Consorcio Provincial de Residuos. En las zonas rurales el reciclaje es, en algunos lugares, prácticamente testimonial en determinados materiales. «Por ejemplo, el orgánico se le echa a los cerdos, a las gallinas, o cada uno a lo que tenga. El papel y el cartón se quema en las estufas o chimeneas…» Y otros materiales, como el vidrio, aún cuestan pese a la bajada de la ratio, «y como la gente lo tenga en la otra punta del pueblo, no va».
Las futuras acciones del consorcio
La mejora y adaptación de la planta es «inminente», asegura Ramiro Silva, y se instalarán en los próximos meses nuevos separadores ópticos para mejorar la recuperación de residuos y el reciclaje. El contrato estaba en licitación hasta esta misma semana, se cerró hace poco y han concurrido varias empresas para instalar las nuevas máquinas, que separarán «más si cabe» los residuos.
Es una obra importante, financiada a más del setenta por ciento por el propio Consorcio y, el resto, con una subvención de la Junta de Castilla y León. Lo que se conseguirá es que el vaso del vertedero tarde más en llenarse y, por tanto, aumente su vida útil.
Puntos intermedios de recogida
El Consorcio realiza además una labor logística para minimizar el tránsito de camiones con basura por las carreteras de la provincia. Existen, así, varios puntos de recogida intermedios repartidos por toda la geografía provincial. Están en Cernadilla, Castrogonzalo, Villafáfila, San Vitero, Toro y Bermillo de Sayago. A ellos llegan los camiones de las respectivas zonas, depositan la basura, que después recoge un trailer y lleva hasta Zamora. «Con esto lo que se consigue es que, en lugar de diez camiones con cinco toneladas circulando por Zamora, haya un solo trailer con cincuenta», apuntan las mismas fuentes.
«Tanto en la planta como en el funcionamiento intentamos hacer el proceso lo más eficiente posible, y lo más respetuoso» con el medio ambiente, apostilla Ramiro Silva, un proceso del que «nosotros estamos convencidos» pero que «es cosa de todos».