En una lucha muchas veces desigual, dentro de una competición que se asoma al profesionalismo, el River Zamora mantiene las opciones de permanencia en Segunda División, a las puertas ya del ecuador de la temporada. Las mujeres dirigidas por Pablo Rivas, que apenas sumaron un punto entre la primera jornada y las ocho siguientes, han ganado dos de sus últimos cinco compromisos y tienen a tiro la salvación. Al menos, han reconducido la situación para partir con opciones en 2024.
En el grupo en el que compiten las zamoranas dentro de la segunda categoría del fútbol sala español, la normativa dicta que se producirán cuatro descensos. Eso quiere decir que un 25% de los 16 equipos en liza bajará a la categoría regional. Lo que ocurre es que el filial del Leganés, que ahora marcha décimo y fuera de las posiciones de riesgo, tiene a su primer equipo último con un solo punto en Primera.
Por tanto, lo presumible es que las madrileñas se vean arrastradas hacia la tercera categoría por esa circunstancia y que el número de descensos se reduzca a tres. El Planta 14, que apenas ha sumado un empate en lo que va de liga, tiene todas las papeletas para ser uno de ellos; en la penúltima plaza, con ocho puntos y aún en la pelea, aparece el CDE Muslera; mientras que el River es penúltimo con diez.
Cerca del vagón
Las zamoranas están a tres puntos de distancia del Cidade Burgas y a cinco del filial del Alcorcón, que ocupa el último de los puestos de permanencia sin contar con la situación previamente descrita del Leganés. Por delante, hay otros tres equipos con un punto más que las alfareras. Es decir, 16, seis más que el River. Se trata de una distancia asumible para reconducir con una vuelta más un partido por delante.
En esa línea, el choque del fin de semana ante el Meigas aparece como un punto de inflexión importante. El rival se sitúa precisamente en esa escala de los 16 puntos, por lo que un triunfo de las zamoranas las colocaría dentro de ese vagón de pelea por la permanencia y prácticamente en equilibrio con las demás rivales para luchar por la salvación.
Conviene recordar que, en un campeonato donde bastantes jugadoras perciben un sueldo o, al menos, una compensación económica por jugar, el River compite con una plantilla completamente amateur, veterana, con mujeres procedentes del fútbol 11 y prácticamente todas de Zamora. Con esos mimbres, el equipo peleará hasta donde le llegue para dejar a cuatro (o a tres) por detrás y amarrarse a la segunda categoría.