Zamora ha entrado en la Navidad en dos fases. El encendido del Ayuntamiento, a las seis y media; y el de Caja Rural, dos horas más tarde, han abierto la puerta definitiva hacia unas fiestas que se prolongarán hasta Reyes. Tiempo queda por delante para disfrutar del ambiente, de las cabalgatas que llegarán más tarde y de los espectáculos de luz y sonido que vienen de la mano de la decoración. Este viernes solo ha sido el día cero.
En todo caso, el pistoletazo de salida a la Navidad ya deja las primeras historias que contar. Pequeñas, claro. Ajustadas a lo que es un evento blanco para que brille la ilusión. Sobre todo la de los niños.
También en la Marina ha habido escenas que documentar: de pequeños a hombros, de muchachos en los caballitos, de la fiesta que se prolongó después con Alefran.
Y, por supuesto, lo más destacado de este tipo de puestas de largo siempre son las imágenes. Las tiernas, las divertidas y las que muestran cómo queda la ciudad, lista ya para encarar las fiestas con las que se despide un año y se da la bienvenida al siguiente.







