Vega de Tera es un pueblo partido por una carretera. La N-525 atraviesa el pueblo y fracciona la vida en dos mitades. En ninguna de ellas hay demasiado ajetreo un miércoles de diario por la mañana. Alguna señora que se asoma a la puerta, un par de paseantes y poco más. Lo cierto es que, según el INE, aquí solo viven 55 personas, así que lo de la quietud encaja. Incluso, cuesta pensar que este sea un lugar con jaleos políticos. Pero lo cierto es que este mandato viene fuerte en ese sentido.
Para explicarlo, conviene aclarar algunos detalles. El primero, que Vega es la cabecera de un Ayuntamiento que cuenta con otros tres pueblos que llevan el Tera en el apellido: Milla, Junquera y Calzada. Entre los cuatro suman 287 habitantes para el municipio. Otro de los asuntos que vale la pena citar es que esta fue una de las primeras localidades donde asomó la polémica de las plantas de biogás. Hubo manifestaciones, disputas, posturas enfrentadas y una aparente paralización del proyecto a nivel institucional contra el criterio de la alcaldesa actual, Tamara Fuentes (Partido Popular).
Aquel enfrentamiento tuvo un par de puntos álgidos: una manifestación contra el biogás con un respaldo interesante, que tuvo lugar en mayo de 2024, y la presentación de una moción de censura contra la alcaldesa, en septiembre, que no se admitió a trámite por una supuesta vulneración de la norma antitransfuguismo, pero que dejó en evidencia que Fuentes ya no contaba con una mayoría para gobernar con garantías. Tampoco para hacer prosperar el proyecto de biogás que parece haber contaminado toda la acción política en el Ayuntamiento.
Aquella moción fallida fue impulsada por Zamora Sí hace ahora nueve meses, con el apoyo de un edil que estaba en el PP, y su bloqueo a nivel administrativo ha mantenido al municipio con problemas bastante básicos. Por ejemplo, si uno se asoma estos días al tablón de anuncios que hay en la fachada del consistorio, puede ver un papel firmado por la alcaldesa en el que se advierte de la necesidad transmitida por la Diputación de aprobar los presupuestos de 2025 antes del 30 de junio para acceder a una subvención para el depósito de Milla de Tera. Ya no es política, es funcionamiento.
Y, en este marco, a pesar del varapalo de septiembre, la moción de censura ha vuelto a aparecer en escena. La encabeza, como candidato a la Alcaldía, Francisco Javier Cañibano, que tiene claro que esta vez sí cuenta con las garantías de que todo va a salir adelante: «La de hace meses no fue admitida a trámite por la interpretación de nuestra secretaria, que tuvo en cuenta la norma antitransfuguismo. Ahora, el Tribunal Constitucional ve vulnerado al menos un artículo de la Constitución y ha sentenciado que dicha norma no se tenga en consideración», asevera el representante de Zamora Sí.
Con su voto, el de sus dos compañeros de Zamora Sí y el de otros dos concejales que empezaron el mandato en el PP, Cañibano tendrá una mayoría holgada en la moción que se debatirá el próximo 8 de julio en Vega de Tera. La formación zamoranista se hará así con un Ayuntamiento que no ganó por los pelos en las urnas: el resultado fue de 102 votos para los populares y 91 para la marca que impulsó en 2023 el entonces presidente de la Diputación, Francisco José Requejo.
Cañibano explica que el argumento principal para insistir con la moción de censura es que su grupo está «en total desacuerdo» con la forma de gestionar el Ayuntamiento: «Faltan transparencia y democracia en la toma de decisiones», aduce el candidato, que indica que, últimamente, también ha quedado claro que la regidora «ha agotado la actividad política» que desempeñaban los concejales y algunos vecinos.

«Rechazo absoluto» a la planta de biogás
En cuanto al biogás, el aspirante a la Alcaldía entiende que ese proyecto «se había cerrado ya», aunque mantiene algunas dudas al respecto. Por si acaso, aclara que sus compañeros y él seguirán con el «rechazo absoluto» al proyecto de planta. Ese será uno de los ejes de los dos años de mandato que tendrán por delante si finalmente logran hacer prosperar la moción el 8 de julio. En ese tiempo, otro de los objetivos será coser la unidad del municipio.
«La gente necesitaba y deseaba un cambio, pero somos conscientes de que la situación política actual ha alterado la vida de los vecinos. Lo que si queremos trasladarles es que intentaremos estar a la altura de lo que esperan. Pondremos todas las ganas y el trabajo», afirma Cañibano, que esta vez sí confía en que nada se tuerza en su camino a la Alcaldía de los cuatro pueblos que llevan el Tera en el apellido.