Los responsables de la Asociación Nacional de Ovino de Raza Castellana (ANCA) son conscientes de que el sector está inmerso en una carrera contrarreloj en pos de su propia supervivencia. «La media de los socios está por encima de los 60 años, se incorpora poca gente joven», ha constatado este miércoles, en la presentación de la feria de San Miguel de Carbajales de Alba, la directora técnica del colectivo, María Concepción González.
El dato de la edad de las personas que mantienen estos rebaños llama la atención, como también lo hace el hecho de que los ganaderos que se incorporan en los últimos tiempos lo hacen para contar con unos ingresos complementarios, «para probar» y a tiempo parcial: «Echamos de menos ganaderías más potentes, una apuesta por lo profesionalizado», ha insistido González.
La directora técnica de ANCA entiende que «hacen falta ganaderos que se quieran quedar en el campo», una circunstancia cada vez más difícil de encontrar. La asociación nacional mantiene ahora 62 socios, la mayoría de Zamora: «Esto necesita un sacrificio, dedicarle tiempo, pero en estos momentos es necesario algo que te permita no estar todo el día dependiendo de las ovejas», ha advertido González.
La esclavitud del oficio echa a mucha gente para atrás, según ha relatado también el presidente de la asociación, José Castedo. Tanto él como González han resaltado que el año en curso evidencia que el negocio puede ser rentable, «con precios bastante buenos», pero sigue siendo costoso hallar jóvenes que quieran estar al pie del ganado 365 días al año.
Para sortear ese escollo, ya existen cooperativas que funcionan de correturnos, e incluso empresas que nacen con la idea de ser personalmente más sostenibles: «Las mejores explotaciones que tenemos son así, con varias personas que pueden organizarse para tener vacaciones, fines de semana y hacerlo más llevadero», ha zanjado González.