La Diputación de Zamora trató de adaptar el edificio de la residencia Virgen del Canto de Toro a la nueva normativa autonómica, basada en las llamadas unidades de convivencia, pero el servicio de Patrimonio denegó la autorización para actuar en la segunda planta del inmueble, declarada Bien de Interés Cultural.
Así lo ha explicado Javier Faúndez en el Pleno de la institución provincial que se ha celebrado este viernes. El mandatario alistano ha indicado que incluso hubo un proyecto redactado, pero que Patrimonio entendió que la propuesta de intervención «no era compatible con el edificio» por sus niveles de protección.
Faúndez ha admitido que la idea era derribar esa parte del edificio por dentro «y casi hacer uno nuevo», una opción desterrada por los informes técnicos y que provoca que la residencia toresana, de titularidad provincial, vaya a continuar prestando su servicio, como hasta ahora, en la planta baja.
El presidente de la Diputación ha hecho este apunte tras recibir una pregunta al respecto en el Pleno por parte del grupo socialista: «La residencia funciona bastante bien y estamos invirtiendo», ha aseverado Faúndez, que ha anunciado que se van a reformar la cocina y la zona de recreo, y que se va a retejar.