Ormonde Mining, una empresa con sede en Irlanda dedicada a los recursos naturales y, principalmente, a la exploración para encontrar oro y metales de alto valor para las baterías, ha conseguido una renovación de tres años para intentar encontrar oro en las dos licencias que posee en la provincia de Zamora. Dos zonas que la empresa denomina «Antofagasta» y «Cueva Negra» en las que la sociedad ve potencial para encontrar el material precioso. Ambas se encuentran al oeste de Zamora, cerca de los Arribes del Duero.
La empresa se declara ahora «en condiciones» de «llevar adelante su intención» de obtener valor de las dos licencias de exploración de Zamora en un contexto, indican, en el que el oro se encuentra en niveles récord en lo referente al precio. Los informes geológicos en poder de la sociedad, según indican las mismas fuentes, «confirman el potencial de las licencias de Zamora para albergar una importante mineralización de oro». Así, la Junta Directiva de la empresa estaría trabajando en el diseño de un programa de trabajo para «explotar el potencial» de la zona.
La existencia de oro en el oeste de la provincia no es ninguna novedad, aunque sí su exploración en épocas recientes. Las últimas noticias llegaron de la mano de los proyectos promovidos hace años por la Dirección General de Patrimnio Cultural y el Servicio Territorial de Cultura de Zamora, por los que se desarrollaron trabajos de investigación, interpretación, puesta en valor y divulgación de una serie de yacimientos arqueológicos de época romana relacionados con las explotaciones mineras auríferas existentes en el actual territorio fronterizo de la provincia. Con todo, lo cierto es que entonces ya no se trataba tanto de encontrar oro como de recordar las épocas en las que se hacía y contar cómo.
El caso de Pino del Oro
Las zonas en las que posiblemente se explore en busca de oro se encuentran cerca de las explotaciones de Pino del Oro, zona que se compone de un nutrido conjunto de yacimientos arqueológicos en los que se localizan excepcionales estructuras mineras de época romana. Las formaciones con mineralización aurífera explotadas en la antigüedad estuvieron sujetas a una serie de procesos de cizallamiento. El esfuerzo generado en la zona de cizalla crea deformaciones y fracturas que luego son ocupadas por minerales que fluyen desde el interior de la tierra por acción hidrotermal, arrastrando consigo al oro.

La fracturación resultante de este proceso fue intruída principalmente por cuarzo y otras rocas básicas, dando lugar a diques y vetas que hoy se pueden apreciar en el paisaje. Además, a causa de la energía resultante de la fricción y la presión que se genera del esfuerzo creado en las zonas de cizalla, se formaron rocas metamórficas brechificadas y milonitizadas, cuyo aspecto es el de un conglomerado de materiales de distinto tipo y tamaño medio, cementados por materiales más finos.
Los depósitos auríferos en Pino del Oro se presentan de dos formas: en filones y vetas de cuarzo, asociados a las bandas de cizalla, en los que aparece el oro en estado nativo; y de forma diseminada formando pequeñas venillas mineralizadas que se extienden por toda la roca, en depósitos conocidos como «stockwork».
Itinerarios por la zona
Las investigaciones arqueológicas realizadas en los yacimientos de El Picón, San Mamede y Ciguadeña, los trabajos de documentación de vestigios y otros trabajos técnicos han hecho posible la creación una serie de itinerarios marcados por hitos y señales. Estos itinerarios se han difundido por varias publicaciones cientítificas y divulgativas, así como en jornadas técnicas en la que se analizaron los paisajes culturales y la minería de oro antigua en el occidente europeo. A día de hoy, no es un recurso turístico muy explotado.