El 2024 del Caja Rural – CB Zamora no podía tener otro broche que una victoria. Este domingo le tocó al Oviedo, pero la sensación es que cualquier equipo que hubiera pasado por el Ángel Nieto hubiera perdido ante la escuadra zamorana, que cierra doce meses que pasan, por supuesto, a la historia del club, pero también quedan escritos en las páginas doradas del deporte zamorano. Muchos triunfos y solo un lunar, el de no lograr el ascenso por la vía rápida, que fue enmendado semanas después y que, bien mirado, dejó en la ciudad el regalo de unas semanas más de buen baloncesto. Un 2024 irrepetible, al menos de momento, aunque cabe preguntarse qué está más lejos, si la ACB en estos momentos o la Primera FEB si se mira al equipo de hace diez años.
La primera alegría del año 2024 lleva la fecha del 20 de enero. Dos prórrogas, muchos nervios y una actuación estelar de Josep Peris (con 24 puntos y un triple decisivo) dieron al club su primer título nacional de la historia, una Copa LEB Plata contra el Cartagena que, además, dio permiso para soñar. Hasta entonces el club estaba haciendo una buena campaña en su división, pero aquel partido fue el primero para medir fuerzas con un contrincante de la división contraria, y las sensaciones fueron buenas. Se podía competir, así que se podía soñar. En la vuelta a la rutina el equipo completó una temporada regular histórica. No hubo ni una sola derrota fuera de casa y solo se registraron dos en el Ángel Nieto.
La tercera dolió. La endosó el Cartagena en la final por el ascenso, el veinte de abril. Subieron ellos y a los de Saulo les tocó el camino largo, que completaron con éxito. El ascenso llegó en mayo, contra Albacete en un partido trepidante decidido casi sobre la bocina.
Reconfigurar el equipo
Los veranos siempre son tiempo de entradas y salidas en los equipos de baloncesto. La afición de despidió de jugadores que se habían ganado el cariño del público y que hicieron hueco a unas incorporaciones que se han demostrado acertadas. Ondřej Hanzlík, jugador con experiencia en la élite, Zaid Hearst y Junior Saintel se han adaptado bien al juego exterior del equipo, pero el que merece una mención aparte es Jordan Walker. La temporada del americano está siendo soberbia en anotación, en porcentajes (anota casi uno de cada dos tiros de dos puntos y uno de cada tres triples) y sobre todo en sensaciones. El equipo gana con él en pista y la adaptación con Powell promete dejar bastantes más alegrías de aquí a final de temporada.
Bajo los tableros, la sombra de Jonas Paukštė es alargada, tanto como lo es él. Krešimir Nikić cumple cuando juega, pero el lituano sigue siendo un factor diferencial, como lo fue en LEB Plata. La peor racha del equipo ha coincidido con él lesionado, si bien es cierto que se encadenaron este otoño cuatro partidos consecutivos contra «equipos ACB» que se perdieron, dos con pelea (Estudiantes y San Pablo) y dos más con malas sensaciones (Fuenlabrada y Obradoiro). En tres de los cuatro Paukštė no se llegó a cambiar.
El corazón de LEB Plata
Powell y Paukštė son dos de las piezas que el equipo ha mantenido con respecto al año pasado. Las otras renovaciones importantes en la rotación son las del capitán Jacob Round, Kevin Buckingham y Toni Naspler, si bien es cierto que Traore y Drame continúan en la plantilla aunque con nula presencia en la cancha. Para todos ellos tiene buenas palabras el entrenador, Saulo Hernández, que este domingo hacía balance del año. «Había jugadores que dudábamos si iban a poder dar el paso y todos los han dado, sin excepción», celebra Hernández.
«Hace un año estábamos en LEB Plata sin la sensación general de que se podía ascender. Hoy estamos aquí, en una de las mejores ligas de Europa. Nos podemos comer las uvas a gusto, cerramos un 2024 inolvidable que queda para siempre, para la historia. Ojalá en el 2025 sigamos creciendo como club y como primer equipo y el año que viene estemos en esta misma categoría», apunta Saulo Hernández.
¿Y si se juega un playoff?
Lo que sucede es que el 7-7 del equipo le sitúa, antes de empezar enero, en puestos de playoff. Queda mucho, cierto, y nadie piensa en ACB, cierto, pero solamente jugar las eliminatorias para ascender a Liga Endesa sería ya un hito. «Lucharemos cada partido a muerte», apunta el entrenador cuando se le pregunta por el tema. Acaba 2024 sin tiempo para más balances. El martes, a entrenar. El miércoles descanso porque es Año Nuevo y el pabellón está cerrado. Y el sábado viene el Betis Baloncesto. Otra buena piedra de toque.