El patrimonio cultural en buen estado contribuye a generar riqueza en los pueblos. Lo están viendo en las últimas semanas en La Hiniesta, localidad del alfoz de la capital que ha estrenado este otoño el renovado aspecto de la iglesia de Santa María la Real, la verdadera joya de la corona de la localidad. El edificio, indica el alcalde, sobre el que pivota la vida cultural, social y, por supuesto, religiosa de la localidad, con la fecha de la romería marcada en rojo en el calendario (el lunes de Pentecostés) pero con la intención de que la iglesia se convierta en un atractivo mucho más visitado.
Lo asegura el alcalde, Ricardo Casas, que celebra la intervención que en los últimos meses se ha acometido dentro del Plan Románico Atlántico, con actuaciones que se han centrado en el exterior del templo pero también de puertas para adentro. «Cuando abrimos las puertas de la iglesia para que fuera visitada apenas llegaron unas decenas de turistas en un año. Ahora son más de dos mil personas las que se acercan a La Hiniesta todos los años para conocer nuestro patrimonio», añade Casas, que apuesta por seguir reforzando esta vertiente turística del monumento respetando desde luego su vertiente religiosa.
Un respeto que el arquitecto del proyecto desarrollado en los últimos meses, Jesús Castillo, ha tenido siempre presente. «Dentro del templo hemos intentando siempre que no perdiera su espíritu, su razón de ser. Es importante entender que estamos en un espacio litúrgico», y así se ha trabajado. Pero la intervención interior, que se ha centrado en la iluminación, va bastante más allá. «Aprovechando los puntos de luz existentes» se han diseñado específicamente para La Hiniesta unas lámparas de alabastro que cuelgan del techo y que dan una luz tamizada, casi imperceptible de día, muy sutil de noche y apropiada para el entorno. «No estábamos en la línea que se ha seguido en los últimos años consistente en musealizar las iglesias, creo que lo que hemos conseguido aquí es superior», apunta Castillo.
Fuera, las actuaciones son muy visibles en el pórtico sur, el principal del templo, el más conocido. Se ha reforzado la cubierta, se han reparado los pavimentos de canto y se han eliminado los restos de cemento que dañaban la estructura original, dejando un pavimento mucho más regular y más seguro, espantando la amenaza de caídas que perseguía a feligreses y turistas cuando se aventuraban a entrar a la iglesia. La parte superior del pórtico, que es la seña de identidad de la iglesia, se ha limpiado recuperando parte de la policromía original. Una intervención más centrada en la prevención que en la recuperación y, por tanto, más atinada y respetuosa con el monumento, que es Bien de Interés Cultural.
En cualquier caso, estamos de nuevo ante un trabajo «muy discreto, que cuesta apreciar» para las personas que no supieran cuál era el estado anterior del templo. «En realidad, lo que pretendemos es que no se vea, que las personas que pasen por ahí vean un templo en buen estado» en el que «parezca que no se ha hecho nada». Sin embargo, se ha hecho mucho.
La intervención habría sido imposible sin la intervención de la Fundación Iberdrola España, que la ha llevado a cabo dentro del Plan Románico Atlántico. Ramón Castresana, director de la Fundación, reitera que la actuación se enmarca en la relación «estrecha» que la empresa mantiene con Zamora, «El compromiso de Iberdrola con Castilla y León es enorme, parte del origen de la compañía está en este territorio».
«Dinamizar la economía y crear riqueza»
Castresana asegura que este tipo de actuaciones «sirven además para dinamizar y generar riqueza» en el mundo rural. «Entre los objetivos iniciales que tenemos nosotros dentro del programa Románico Atlántico está precisamente eso, cómo podemos dinamizar la economía, la sociedad y la propia comunidad en aquellos sitios donde estamos rehabilitando los templos. Para eso es muy importante el conseguir que el público, que los turistas, que los propios habitantes del territorio visiten todas estas iglesias del románico que son auténticas joyas».
En ese plan de dinamización se han incluido puntos de información en las iglesias rehabilitadas para que los visitantes puedan ver qué otras actuaciones se han realizado en todo el territorio y también vayan a visitarlas. «Esas visitas evidentemente generan movimiento en la zona, estamos hablando en algunos casos de iglesias ubicadas en un pueblo donde hay 14 habitantes, y al final estamos consiguiendo que la gente visite estos pequeños pueblos y puedan encontrar una cafetería donde tomar algo, puedan comprar un queso, encontrar productos locales y, poco a poco, se está consiguiendo un turismo muy nacional», apostilla el director de la Fundación Iberdrola España.
Castresana pone en valor además el uso de la «tecnología más avanzada» para realizar las actuaciones «de la forma más discreta y respetuosa posible» con iglesias de 500, 600 u 800 años de antigüedad. «El mantenimiento de todos estos templos no es solo poner un poco de yeso en las paredes. Hay un trabajo científico, un trabajo de investigación, un trabajo de tecnología e Iberdrola, junto con la Fundación Santa María la Real y la colaboración de la Junta de Castilla y León, se centra sobre todo en este componente tecnológico. Todas las actuaciones que hemos hecho están monitorizadas en tiempo real, con técnicos que están supervisando qué está ocurriendo en cada uno de los templos desde el punto de vista de la temperatura, de la humedad… y eso nos da mucha información para que luego las actuaciones que se realizan realmente tengan éxito», concluye.
Los detalles de la intervención
Por lo que refiere al detalle de la intervención realizada en La Hiniesta, los técnicos han trabajado sobre los efectos de las lesiones en las rocas y morteros en el exterior y en el interior. Se han limpiado las bóvedas, la suciedad general, la puerta de acceso y se ha reparado el pavimento del atrio. Además, se ha dignificado su cierre.
Esto es lo más visible, pero hay más. Se ha retejado la cubierta del atrio y se ha limpiado el pesebrón, con un nuevo sistema de evacuación del agua que evita que caiga directamente al contrafuerte. Zona esta última en la que se han retirado morteros de resina y se han sustituido por nuevos de cal que aseguran la estanqueidad. Dentro del templo, se han remodelado las instalaciones de iluminación y se han renovado las luminarias, incluyendo un nuevo sistema de control remoto y un sistema que dota al monumento de «diferentes ambientes» dependiendo de si está siendo usado para el culto o para cuestiones más turísticas.
Es la última intervención de las que se han llevado a cabo en el templo, que data de finales del siglo XIII cuando el rey Sancho IV, que se hallaba por estas tierras de caza, encontró una virgen entre las ramas de un arbusto y dio orden de levantar una iglesia para venerarla. Es uno de los pocos ejemplos en pie del gótico en la provincia de Zamora, y uno de los más importantes.
Este reportaje es un contenido patrocinado por Iberdrola