«Si nos tocara un buen premio, se arreglaba Zamora». A las puertas del Sorteo Extraordinario de Navidad, es inevitable pensar en lo que se haría con el dinero en caso de resultar agraciado. Pensamientos que sobrevuelan por la cabeza de todos los hogares de la provincia (según la estadística, cada zamorano juega algo más de 107 euros para el sorteo del 22 de diciembre) pero que son más intensos en las administraciones de lotería de Zamora, que se enfrentan a du día más importante del año.
Le pone voz a esta situación Fonsi Crespo, dueña de la administración de lotería La Abeja, la que más vende de la provincia gracias, como no, a su privilegiada situación. «Llevamos vendiendo décimos de Navidad esde el pasado 4 de julio», apunta la lotera. Medio año repartiendo ilusión que dará resultados, o no, el domingo. «Este sorteo lo vivimos muy nerviosos, pendientes de si hemos dado algo o no, preparados por si viene la gente para celebrar».
El sorteo de Navidad lleva años siendo esquivo con La Abeja. «Después de once años sin dar premios importantes, creo que este año ya nos toca», dice Crespo. Por lo que refiere a este sorteo, esta administración dio un quinto premio en el año 2011, y un cuarto en el 2013, además del número posterior al Gordo de ese mismo año. Los grandes premios de La Abeja se han repartido en la Lotería Nacional, un primer premio en el año 2009 y un tercero de 2015.
La ilusión de Fonsi, sobra recordar, es que la lotería sonría a uno de los números vendidos en Zamora. «Pero a uno de los que hemos vendido nosotros enteros», 193 series compuestas por 10 décimos cada una. «Fíjate uno de esos aquí en Zamora, es que solucionaba muchas cosas», reflexiona la lotera, consciente de que los cambios introducidos en los últimos años en la venta de décimos para Navidad hacen más posible que, en caso de tocar, sea un número «más repartido». «Hay gente que te pide un número concreto, se lo sacas por terminal y ya está. Pero es solo un décimo y en realidad no sabes quién se lo ha llevado».
«Las ideas de La Abeja»
La administración reivindica una serie de iniciativas, muchas de ellas ligadas al sorteo de Navidad, que han dejado buenos resultados. «Tenemos tanto el número de la casa como el número feo, que se vende muy bien. Los sobres viajeros, en los que se mete un décimo de cada ciudad, y la venta por Internet, que permite llevar décimos a dónde sea».
Precisamente con la venta por Internet surgió una anécdota curiosa hace un par de años. La administración recibió una llamada de Palma de Mallorca, de un submarinista que, mientras buceaba, encontró una urna de las que usan las funerarias para las cenizas de los difuntos. En ella había un número, «posiblemente el de la muerte del señor», que el buzo quería jugar. «Y lo teníamos aquí en Zamora», recuerda Fonsi, «así que se lo mandamos». «Me llamó tanto la atención que lo compré yo, y también varios conocidos. No tocó nada», lamenta la lotera.
Las administraciones apuran la jornada del sábado para despachar los últimos décimos, ya números sueltos, después de semanas de intensa actividad. Al cierre, momento de contar lo sobrante, ajustar devoluciones, esperar al sorteo e intentar compartir la alegría de los premiados. Porque las administraciones, recuerda Fonsi, no ganan nada si reparten el premio. «Celebramos la alegría de nuestros clientes y el prestigio que nos da el sorteo, que también vale mucho», concluye.