Ni la hora ni el tiempo son obstáculo para pasar un día diferente. Son las diez de la mañana de una más que desapacible mañana de domingo en Toro, la hora a la que un autobús cargado de turistas, procedentes todos de Valladolid, hace su acto de aparición en la ciudad. Vienen a participar en las rutas guiadas, los «Buses del Vino», que ha puesto en marcha la Ruta del Vino de Toro. En total, más de cuarenta personas que aprovechan el día libre para participar en un plan diferente.
En la primera parada espera Ana María de la Iglesia, la guía turística del Monasterio del Sancti Spiritus de Toro, una de esas joyas escondidas en la provincia a las que ni siquiera los zamoranos dan el protagonismo y la importancia que tiene. La visita triunfa entre los turistas, que se acercan, todos, por primera vez a este emplazamiento, la mayoría atraídos por el buen vino y deseosos de descubrir todo lo que la comarca tiene detrás de la DO con más nombre de la provincia. El patio, la sala capitular o el museo concentran la atención de los visitantes, sorprendidos por la vida con la que cuenta aún hoy el monasterio. Y es que a las siete dominicas que vivían aquí hace unos meses se les han sumado cuatro más, procedentes de Mayorga. En total, once monjas.
«A Toro se le reconoce por el vino, y la gente suele quedarse en las bodegas y en la zona más céntrica de la ciudad, por la Plaza Mayor y por la Colegiata. Este monasterio está más a las afueras y hay gente que no lo conoce, y otra a la que le cuesta más venir. Pero, normalmente, todas las personas que se animan a la visita acaban encantadas», asegura la guía turística en un respiro que da la visita.
El bus parte a media mañana por la N-122, dirección Zamora. Pero para pronto, antes de llegar a Fresno de la Ribera. Ahí espera Bodegas Monte la Reina, con su enclave privilegiado y sus trescientas hectáreas de viñedo, muchas de ellas de la variedad típica de la zona, la tinta de Toro. Unas cien hectáreas de Verdejo completan la extensión de la parcela, con una pequeña parcela de Chardonnay de cinco hectáreas que se dedica a la elaboración del espumoso de la casa.
Todas estas cuestiones las explica Carolina Inaraja al finalizar la visita, cuando los ocupantes del bus del vino han recorrido ya, primero, el castillo, un palacio neogótico del siglo XIX lleno de historias que ha perdurado durante años hasta convertirse en un pintoresco hotel boutique. La visita continúa por las instalaciones de la bodega que bien conocerán los muchos zamoranos que habrán pasado por allí para celebrar eventos (bodas, reuniones o comuniones son también parte de la historia más reciente de Monte la Reina).
Carolina Inaraja celebra, al final de la jornada, el buen pulso que tiene el sector del enoturismo, un área en la que su bodega es referencia. «Toro siempre ha sido conocido por sus vinos y era necesario generar algo más aparte del propio producto, una experiencia que muestre a la gente lo que hay desde que el vino se recoge hasta que llega a la copa», explica Inaraja.
La jornada continúa con una comida en las propias instalaciones de Monte la Reina y con la visita vespertina a la bodega La Viña del Abuelo, en pleno casco histórico de Toro. Un negocio de reciente creación que tiene como uno de sus atractivos fundamentales el enclave en el que se encuentra, haciendo posible su visita mediando solo un agradable y corto paseo desde la Plaza Mayor de Toro hasta las instalaciones de la bodega.
Atiende al grupo Rubén Pérez, que destaca primero las características del edificio en el que nos encontramos, un inmueble de más de doscientos años de antigüedad que ha sido rehabilitado para ser usado como bodega. Y es que los visitantes ven, aquí, una bodega, en funcionamiento y con sus características propias, desde las etapas de más tranquilidad, como la actual, hasta las de más trajín, como las de las primeras semanas del otoño, en plena vendimia.
«El enoturismo va al alza, sobre todo entre parejas jóvenes que quieren adentrarse en el mundo del vino. Tradicionalmente, visitaban las bodegas los expertos en vino o personas muy interesadas ya en el sector. Ahora se ha perdido el complejo y ya sabemos que no hace falta ser un experto en vinos para disfrutar una visita a una bodega», apostilla Pérez.
Buses también desde Zamora
Los buses del vino de la Ruta del Vino de Toro parten también desde Zamora y son una opción sobre la mesa para grupos que quieran aprovechar los fines de semana de este mes para conocer de cerca la comarca toresana. Un grupo de unas veinte personas realiza el recorrido del domingo, diferente al de los turistas que han llegado desde Valladolid (los recorridos cambian todas las semanas y para todos los grupos que participan).
En el caso de los turistas zamoranos, la visita comienza en Museo del Vino Pagos del Rey, donde Roberto Castaño realiza una detallada visita guiada a una de las instalaciones señera del enoturismo en la provincia de Zamora. La bodega, y sobre todo la sala de barricas, en el sótano de la bodega ubicada en Morales de Toro, son el principal atractivo de la visita por el enclave privilegiado que supone.
«Nosotros intentamos transmitir a los visitantes todo lo que hay detrás de una botella de vino, desde que la vendimiamos en la viña hasta que la disfrutamos en la mesa», apunta Castaño antes de dar por cerrado un domingo más de trabajo. «El enoturismo es también eso, no solo ver las viñas. Ver también todo el valor cultural, familiar y todo el conocimiento que hay detrás de la elaboración de los vinos», concluye.
El grupo viaja después unos metros hasta Bodegas Vega Sauco, de la familia Gil Luna. Espera al final de la visita Wenceslao Gil, Wences para todos los que le conocen. Bodeguero con más de cuatro décadas de experiencia a sus espaldas, es una voz más que autorizada para hablar del sector. «Yo siempre he dicho que las empresas dedicadas al vino tenían que empezar a ser empresas de servicios más que bodegas propiamente dichas», asegura, «porque es necesario que la gente sepa que hay mucha cultura detrás de una botella de vino».
La siguiente parada, sin salir de Morales de Toro, es el restaurante La Panera de San Juan, donde el grupo disfruta de un menú, regado con vinos de Toro evidentemente, compuesto por productos elaborados en la tierra. Una visita guiada a la ciudad de Toro pone el broche final a la jornada.
Los buses del vino de Toro continúan viajando en las próximas semanas. Este sábado 16 y el próximo día 24 se celebran dos excursiones más, una con salida desde Zamora y otra desde Valladolid. Quedan aún plazas libres. La información y las reservas se pueden solicitar tanto en el teléfono 673 941 989 como en la dirección de correo info@rutavinotoro.com.
Este reportaje es un contenido patrocinado por la Ruta del Vino de Toro