Cumpliendo los plazos, las obras del Mercado de Abastos de Zamora echan a andar. Por delante, meses de trabajo para que el edificio modernista, con más de un siglo de vida entre sus paredes, recupere el esplendor del pasado, siga siendo punto neurálgico del centro de la ciudad, mantenga su vocación de consumo de cercanía y añada, a la par, un componente de ocio necesario en el mundo del siglo XXI. Un mercado que aspira a seguir siendo el mismo para los zamoranos y a convertirse en un atractivo a visitar para los turistas.
La intervención, apuntan fuentes municipales, apuesta por potenciar la actividad esencial del edificio, el comercio tradicional, revitalizándolo gracias a las nuevas instalaciones y a la mejora del entorno y su relación con él, poniendo en valor el edificio original y favoreciendo actividades complementarias. «La creación de una plaza a nivel del «semi-sotano» que lo transforma dándole un acceso directo desde la calle y luz natural, también devolviendo al peatón el mayor espacio posible en el resto del entorno del mercado, o la mejora de las instalaciones de los comerciantes, son actuaciones encaminadas a devolver el protagonismo a un edificio llamado a ser el motor de actividad en plena zona histórica».
El nuevo Mercado de Abastos de Zamora tendrá más y mejores equipamientos, haciendo que el día a día de las personas que trabajan en él sea más cómodo y que los clientes tengan también más facilidades. Se introducirá, en la enorme altura entre la primera planta y el techo, una planta voladiza para actividades, talleres, exposiciones o propuestas gastronómicas, dotando al edificio de nuevos espacios.
Será más sostenible, indican los arquitectos Fernando Girón y Porfirio Domínguez, al ser un edificio capaz de gestionar la temperatura y la renovación del aire aprovechando los recursos, y más «cercano», pues estará en el centro de un espacio «semipeatonal», cuestión que el Ayuntamiento abordará cuando las obras empiecen a acercarse a su fin.
Todo ello con el reto de no perder la esencia, que no es otra que la de acercar a la capital los productos del campo zamorano. «Será, en definitiva, un espacio de encuentro entre productores y consumidores, pero también un punto de unión para los zamoranos amantes de la gastronomía, de la cocina, de los productos naturales, frescos y cercanos: de todas las personas a las que les gusta cuidarse y comer bien», apunta el Ayuntamiento en la web mercadodezamora.es, puesta a disposición del público para explicar el proyecto del mercado.