«Como no hagamos algo van a convertir a esta provincia en un estercolero». El Cubo del Vino, como antes han hecho otros pueblos de la provincia, comienza a armarse con un movimiento vecinal que intentará parar la instalación de una planta de biogás en el término municipal, entre las localidades de El Cubo y Cuelgamures. Juan Ramón García, concejal del Ayuntamiento y exalcalde de la localidad, es portavoz una colectivo creado para parar esta instalación y pretende aglutinar a vecinos de todos los pueblos del entorno habida cuenta de que, aunque la planta estuviera en El Cubo, serían muchos los pueblos de la zona que notarían sus efectos.
El descontento con el tema es notorio entre la oposición de El Cubo y en la plataforma. García asegura que en este caso «ha habido ocultamiento» por parte del Ayuntamiento porque «hay un documento que habla de esta planta» y que tiene entrada en noviembre del año pasado. Sin embargo, en el pueblo las primeras noticias llegan cuando el proyecto sale a información pública, hace unas semanas. «Nuestra sorpresa es mayúscula, porque hemos visto que un asunto de gran envergadura como este no ha sido ni siquiera comentado en el Pleno».
A la plataforma se han unido ya vecinos de Avedillo, Coreses, Cuelgamures, El Maderal, Peleas de Arriba e incluso se han logrado contactos de una plataforma en Almansa (Albacete) que consiguió gracias a la presión vecinal parar la instalación de una planta de estas características. «Los pueblos de la comarca están seriamente preocupados por esta cuestión», apunta García.
Aunque, más que por la planta propiamente dicha, lo que inquieta en la zona son sus efectos. La planta de biogás estará a algo menos de tres kilómetros de las primeras casas del pueblo (cerca según los vecinos, pero cumpliendo con una legalidad que indica que la distancia mínima debe ser un kilómetro y medio) y «necesita combustible» para funcionar. En la zona no hay una excesiva presencia de granjas de cerdos ni, mucho menos, de macrogranjas. «En años pasados ya hubo empresas que quisieron instalar macrogranjas en El Cubo, y no les dejamos. Ahora, si se construye esta planta, volverán», ya que se trata de negocios que necesitan de «combustible» relativamente cercano para fabricar gas.
Los problemas, los ya sabidos e indicados por las plataformas de otros puntos de la provincia (antes Vega de Tera y, recientemente, Santibáñez de Vidriales): paso continuo de camiones cargados con purines por las carreteras, malos olores, contaminación del agua y del aire, devaluación de las propiedades urbanas y rurales y más despoblación. «¿Quién va a querer vivir al lado de un estercolero?», se pregunta García.
Medidas
La plataforma ha acudido a los expertos que tiene a su alcance para presentar alegaciones al proyecto, que se encuentra aún en fase de información pública. Ingenieros agrónomos y expertos en medio ambiente están durante estas semanas estudiando la zona, que «podría ser una reserva del águila calzada, sisones, avutardas o garzas reales». Unos recursos «serios, que estarán fundamentados» y que seguirán los cauces legales oportunos mientras la plataforma se organiza.
También hay medidas políticas, avisa García, que pedirá la dimisión de la alcaldesa por la manera en la que se está tratando este asunto. No prosperará, pero la plataforma continuará pidiendo que el Ayuntamiento haga lo que esté en su mano para parar la instalación, con medidas extremas tales como denegar la licencia de obras. «Los vecinos tenemos algo que decir en todo este asunto, no puede ser que venga una empresa e hipoteque el futuro de la comarca entera sin que podamos opinar siquiera», razona García.
Posible unión entre plataformas
La plataforma nace con el objetivo de intentar ser una «herramienta eficaz» al servicio de los intereses «legítimos» de los ciudadanos y tiene como principal objetivo parar la instalación de la planta. Stop Biogás El Cubo del Vino asegura que la industria «es una agresión sin precedentes a nuestra forma de vida en el mundo rural y estamos decididos a dar la batalla en el ámbito político y social para defender los derechos de los ciudadanos».
Ya está sobre la mesa la necesidad de que las plataformas que están surgiendo en diversos pueblos para parar la llegada de este tipo de industria comiencen a unirse en un único colectivo a nivel provincial. Ya ha habido contactos, de hecho. «Sería bueno para tener más fuerza», aseguran desde El Cubo del Vino, ya que los colectivos son de momento de carácter eminentemente local, lo que resta fuerza y visibilidad a las reivindicaciones. En el horizonte, una gran manifestación en Zamora como la que hace unos años llevaron a cabo los pueblos que no querían macrogranjas en sus territorios
Los detalles de la planta
El material que la planta utilizará es fundamentalmente procedente de granjas. Se estiman 45.000 toneladas anuales de estiércol de vaca y 75.000 de purín porcino. Se estiman también 29.500 toneladas al año de paja de maíz, 8.000 de gallinaza, 5.000 de residuo alimentario y 1.000 de lactosuero. Básicamente, como se ve, se alimentará de residuos animales, lo que ha llevado a vecinos de pueblos en los que también se proyectan estas plantas, como Vega de Tera, a alzar la voz en el temor de que el tránsito de vehículos cargados de heces o purines por los pueblos haga el ambiente irrespirable.
El total de la superficie de la planta proyectada en El Cubo del Vino es de 71.453 metros cuadrados, siendo la mayor parte destinada lógicamente al proceso de producción. 21.000 metros cuadrados serán para el proceso de digestión de los residuos y 14.000 para tratar y almacenar el resultante. Los residuos llegarán a la planta durante cinco días a la semana en periodos de tiempo de 16 horas diarias distribuidas en dos turnos de ocho horas. El proceso de producción funcionará de forma continuada 24 horas al día, siete días a la semana durante los 365 días del año, con tres turnos de trabajo.
Generaría nueve puestos de trabajo, según el proyecto. Según la plataforma, tres.