No todo lo que llega al Punto Limpio está para tirarlo. Esa premisa la tienen clara técnicos municipales como el responsable del servicio de Infraestructuras Urbanas, Félix Zamorano, que a diario se topa con una realidad en la que ciertas personas se deshacen de «cosas nuevas en el sentido literal». Es decir, «sin desembalar». «Nos encontramos casos de este tipo. Te hablo de estanterías que alguien se encontró en un trastero que había comprado o de unos palos de golf que había el otro día por allí. Da pena, realmente», explica el funcionario del Ayuntamiento de Zamora.
Cuando se adjudicó el nuevo contrato de limpieza viaria a la empresa PreZero, a comienzos del año 2022, esta circunstancia ya resultaba evidente, y la propia empresa, que gestiona este mismo servicio en otras ciudades, incluyó en la oferta la puesta en marcha de un sistema de reutilización de los artículos que llegaran al Punto Limpio. Esta iniciativa para dar una segunda vida a las cosas que se tiran, pero que no son residuos, no se activó de inmediato hace dos años y medio, pero sí se pondrá en marcha ahora: «Lo queremos hacer de aquí a Navidades como muy tarde», aclara Zamorano.
De hecho, en estos momentos, la empresa y los técnicos municipales trabajan para ver cómo se articula esa reutilización. Es decir, de qué modo se almacenan y se clasifican las cosas que se han de poner a disposición de los ciudadanos, cómo se define el sistema para que los vecinos opten a llevarse alguno de esos productos y de qué manera se le da publicidad a esta alternativa. No todo puede tener una segunda vida, pero tampoco se debe considerar como residuo cada artículo que llega en un maletero.
Félix Zamorano aboga por un modelo en el que se eviten objetos de riesgo, como los dispositivos eléctricos, y en el que se establezca un límite de tiempo para medir si el artículo en cuestión tiene interés. Además, estima que se debe limitar el acceso al almacén: «No se trata de que la gente vaya por allí a fisgotear», remarca el técnico. De ahí la idea de PreZero de poner en marcha una web donde «colgar el catálogo de productos, informar de su estado de conservación en base a parámetros simples como bueno, regular o deficiente», y explicar de qué modo llevarse cada artículo a casa.
En ese último punto es donde aún quedan detalles por perfilar. Según indica Zamorano, en algunas ciudades se ha establecido un sistema de puntos que a él particularmente no le termina de convencer. En base a ese modelo, las personas tendrían más opciones de recoger artículos de segundo uso si previamente entregan los suyos en el Punto Limpio. A priori, parece un básico de la economía circular, pero el técnico de Infraestructuras Urbanas tiene sus reticencias: «No somos ni suizos ni noruegos», advierte.
Para el responsable del servicio municipal, ese sistema implicaría problemas a la hora de determinar si lo que una persona lleva al Punto Limpio es válido o no para una segunda vida, y abriría la puerta a las personas que se dedican a la compraventa o que «tienen algún tipo de economía legal o ilegal» basada en la comercialización de ciertos artículos. Además, Zamorano señala que, generalmente, el ciudadano que deposita objetos en buen estado no tiene el mismo perfil que aquel que demanda productos de segunda mano.
«Considero más justo que, el que tenga necesidad de reutilizar algo, lo reutilice», opina el técnico municipal, que estima que resultaría más ajustado a la realidad un modelo en el que el ciudadano pudiera apuntarse a través de la web, solicitar un determinado producto y dar sus datos personales. Si el artículo está disponible, el personal del Punto Limpio le llamaría para que acudiera a ver el producto en los días siguientes y, si finalmente lo recoge, el vecino pasaría al final de la lista antes de poder volver a reclamar otra cosa.
«Yo creo que puede funcionar bien, porque igual que hay otros servicios que a lo mejor cuesta más divulgar, sobre todo aquellos que suponen un castigo para el ciudadano, esto a la gente le interesa», reflexiona Félix Zamorano, que aclara que este sistema probablemente obligue a PreZero a contratar a personas con perfiles profesionales adecuados para realizar la selección correspondiente. La idea es fijar una franja horaria un día a la semana para la recogida, aunque eso aún tiene que perfilarse del todo.
La evolución del servicio
La idea de dar una segunda vida a lo que llega en un estado aceptable al Punto Limpio forma parte de la evolución natural de un servicio que ha ido cambiando con los años. La recogida selectiva de la basura y la reutilización de los materiales que llegan a los diferentes contenedores ya supuso en su día un avance que ahora se va ajustando a medida que se producen más avances técnicos y se dispone de un conocimiento mayor. También de una ciudadanía más concienciada.
Precisamente, la creación de los puntos limpios estuvo relacionada en su día con esa lógica y con la progresiva aprobación de normativas cada vez más estrictas a la hora de seleccionar y tratar los residuos. El de Zamora se puso en marcha a mediados de los 90 y se configuró como un lugar donde «mucha gente iba a llevar cosas, y aún mucha más a buscarlas». Eso se fue regulando de forma coordinada entre el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León para acabar con un «mercado negro» que se había ido generando.
Con el paso de los años, la ciudadanía fue comprendiendo la naturaleza de la instalación, aunque todavía hoy en día siguen llegando personas con «material pirotécnico, una escopeta o bombonas». «Hay determinados residuos que tienen sus propias obligaciones y la gente busca evadir sus responsabilidades para trasladárselas a los servicios municipales», concede Zamorano, que recuerda que el Punto Limpio está para que los usuarios de Zamora capital depositen cierto tipo de residuos o materiales.
También a medida que se han ido añadiendo servicios, la ciudadanía ha ido comprendiendo otros detalles acerca de la recogida. Por ejemplo, el nuevo sistema puerta a puerta, aunque Zamorano matiza aquí que lo ideal es hacerlo de forma concertada para que el objeto en cuestión permanezca poco tiempo en la vía pública: «Hay un cierto desconocimiento ahí. Cuando nos llaman y lo explicamos, se empieza a hacer de ese modo. Con este asunto, nos falta un poco de divulgación», zanja el técnico municipal.
Este reportaje es un contenido patrocinado por la Concejalía de la Oficina Municipal de Desarrollo del Ayuntamiento de Zamora.