Una cosecha buena, en la que el campo ha salido al fin de un par de años de sequía y de producciones pírricas, se está convirtiendo en una trampa para los agricultores. Los cerealistas de Zamora están, indican las asociaciones agrarias de la provincia, al límite. El sector está sufriendo en primera persona unos precios que hacen muy compleja la viabilidad económica de sus explotaciones, teniendo en cuenta los altos costes de producción y la situación que vienen arrastrando con malas cosechas en las campañas 2022 y 2023.
La situación en la provincia de Zamora es que desde hace semanas el precio de los cereales está en unos umbrales muy por debajo de los costes de producción, y sin embargo, el precio de los piensos, a los que se destina mayoritariamente ese cereal, no se abarata al mismo ritmo.
UPA-COAG denuncia una campaña más la realidad que sufren los productores, obligados a vender el cereal a la baja ante la “presión especulativa” que genera una situación límite a los productores más necesitados de liquidez, “que deben responder a los préstamos bancarios o tienen que asumir las deudas contraídas por los altos costes de producción”, apuntan.
El papel de las cooperativas
Ante esta situación “de indefensión”, la Alianza insta a las cooperativas de la región, que compran hasta el 80% del cereal de Castilla y León para destinarlo a elaborar piensos, a que den un paso al frente, “puesto que tienen una obligación moral a mayores con los agricultores cerealistas”.
Los datos oficiales confirman que la necesidad de producción de piensos, a los que se destina la práctica totalidad del cereal, en Castilla y León es de 5,7 millones de toneladas, cantidad por debajo de la producción de cereal que ha habido esta campaña en nuestra región.
Por otro lado, la Alianza UPA-COAG recuerda que las importaciones no llegan porque sí. “Cuando viene un barco cargado de cereal de un tercer país es porque hay uno o varios operadores que previamente han comprado ese cereal”, apuntan. Por ejemplo, “uno de los mayores importadores de trigo en España opera precisamente desde Castilla y León; sus operaciones de importación condicionan totalmente los precios a nuestros productores”.
Tierra de Sabor
Además, indican los agricultores, “podemos ver en el mercado productos con el sello “Tierra de Sabor” que se han elaborado con harina molida en Castilla y León, o con leche, huevos o carne de animales alimentados con piensos molidos en Castilla y León, pero hechos con trigo, cebada, avena y centeno producido a miles de kilómetros de aquí, lo que no tiene sentido alguno, por lo que pedimos máxima responsabilidad y control a la Junta de Castilla y León”.
La Alianza UPA-COAG reclama a la Junta que utilice todas las herramientas de las que dispone para incentivar que harineras y fabricantes de pienso que operan en nuestra región adquieran prioritariamente el cereal a los agricultores de Castilla y León. Una buena medida incentivadora sería excluir del acceso a cualquier tipo de ayuda pública a aquellas empresas que no prioricen en sus compras a los productores regionales pagándoles un precio suficientemente remunerativo conforme exige la Ley de la Cadena Alimentaria.