La inspección llevada a cabo por la Dirección Provincial de Educación determina que no hay caso de abuso escolar en el colegio de Morales del Vino hacia la niña que aseguraba sentirse acosada, durante un prolongado periodo de tiempo, por una compañera de clase. Con todo, la familia de la menor tiene en su mano cambiar a la niña de clase para separarla de la compañera con la que, reconocen fuentes de la administración, existe un conflicto.
La administración educativa asegura también que «hay que seguir vigilando» para que «no se produzcan situaciones» indeseables, con una labor «continua», sobre todo en el patio, de inspección de la menor que dice sentirse acosada. «Las situaciones de acoso hay que denunciarlas con pruebas y con contundencia», asegura el delegado de la Junta, Fernando Prada.
De hecho, el delegado ha apuntado a un conflicto familiar fuera del centro escolar como desencadenante de la situación denunciada por los padres de la menor. Padres que apuntaban también a la falta de respuesta ágil por parte de la maestra que ha tenido su hija durante los últimos cursos en Primaria. La maestra acaba de jubilarse (lo ha hecho este lunes) y ahora será una nueva profesional la que se haga cargo de la tutoría de ese aula.
El delegado ha hecho una defensa de este colegio en concreto y de sus profesionales, «cuya integridad se ha puesto en entredicho», asegura. «La observación del centro permite ver que no hay ningún tipo de situación que afecte a la convivencia», añade Prada.
Sobre el informe psicológico que la familia entregó en el centro, la Junta asegura que «indicaba que era necesario llevar a cabo situaciones que fomentaran la convivencia». La administración tampoco aclara por qué, si la familia solicitó el año pasado el cambio de aula de la menor para evitar los conflictos con la compañera, la petición no se aprobó, lo que hubiera ayudado a resolver el problema de una forma más rápida.