La tienda de Lourdes Carracedo es un muestrario de variedades de té, infusiones y referencias a Argentina. Empezando por los mates y terminando por algún artículo con la albiceleste estampada. El acento de la dueña tampoco deja lugar a dudas. El proyecto que esta mujer lidera en la calle Traviesa de Zamora se llama enZamoraTé, funciona desde hace cuatro años, viaja a las ferias y lleva en su identidad una filosofía que se percibe en algunos pequeños gestos. «Tratamos de fomentar el reciclaje y la reutilización de todo», resume la responsable del establecimiento.
Para ello, enZamoraTé asesora a sus clientes sobre la posibilidad de darle una segunda vida a los productos. Basta citar, por ejemplo, que Lourdes recomienda utilizar más de una vez las hebras del té, aunque el consejo vaya contra su interés económico. Además, quien reutilice las bolsas de té cuando vaya a hacer una nueva compra a la tienda puede obtener descuentos de diez céntimos: «Los recursos son limitados», constata la responsable del negocio, que participó en el curso impartido por Beatriz Quintana sobre economía circular ya desde el convencimiento de que estos detalles valen mucho.
La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Zamora, se desarrolló bajo el nombre de Zamora Sostenible, y a Lourdes Carracedo le sirvió para hacer «varios checks» de cosas que ya hacía bien sin darse cuenta dentro de los conceptos básicos de la economía circular: «Si mas comercios participaran de este tipo de propuestas, creo que entre todos lograríamos reducir residuos y consumo de energía», considera la dueña de enZamoraTé, que defiende el valor de concienciar desde su posición a los consumidores.
En el caso de su tienda, «generalmente no hay muchos problemas» porque el público con el que convive suele tener las ideas claras: «No es gente que pida bolsas de plástico, por ejemplo», comenta Lourdes Carracedo, que considera que su clientela es «muy consciente» de la pertinencia de reutilizar, de darle una segunda vida a los objetos y a los productos de modo que el día a día no se convierta en una sucesión de artículos de usar y tirar que incremente el volumen de desperdicios.
Sin embargo, a pesar de los pequeños ejemplos como el de enZamoraTé, lo cierto es que la ciudad todavía adolece de grandes proyectos que favorezcan eso de dar una nueva vida a lo que normalmente va a la basura o al punto limpio. En realidad, en toda España, no se ha llegado hasta el punto de contar con un verdadero centro comercial de segunda mano que dé salida a esa mercancía. Así lo explica la propia Beatriz Quintana, responsable de Cultura Circular, que mira mucho más lejos a la hora de hablar de un lugar donde esto sí se ha convertido en una realidad.
El caso de Retuna
Quintana viaja hasta Suecia para dar cuenta de la existencia del centro comercial de segunda mano llamado Retuna. Se encuentra en Estocolmo, y nació de la mano de una empresa pública, vinculada al sector de la energía, que entendió que muchos de los recursos que se llevaban al punto limpio al final no tenían ninguna salida. Y eso que muchos se hallaban en buenas condiciones. Para los ciudadanos, al final, lo fácil era deshacerse sin más de lo que ya no les valía.
Ante eso, lo que se hizo en Estocolmo fue crear este centro comercial al pie del punto limpio. Desde que Retuna existe, las personas llevan allí sus objetos y se los entregan a operadores que los clasifican según el estado y la categoría. A partir de ahí, esos empleados transfieren los artículos a pequeñas empresas creadas bajo la supervisión de la propia dirección del complejo y cuya viabilidad había sido previamente analizada.
En este complejo, trabajan ahora unas 50 personas dedicadas al sector del textil, del mueble o de las reparaciones, y los ciudadanos pueden acudir para comprar o vender, y también para aprender a reparar sus propios objetos dentro de los espacios previstos para ello en el centro comercial de segunda mano. «Es una iniciativa muy potente, en la que las tiendas dependen un poco de la centralidad que selecciona lo que llega», recalca la responsable de Cultura Circular.
Hasta Ikea
Desde el punto de vista de los clientes, la clave de este lugar son los precios, pero también que los ciudadanos «experimentan la exclusividad». «No es como ir a una tienda y ver todos los pantalones iguales. Entras en un juego en el que buscas algo especial», apunta Quintana, que indica que el éxito es tal que hasta Ikea se ha sumado al proyecto de Retuna. Lo ha hecho para reparar y vender los propios muebles antiguos que un día alguien adquirió en sus tiendas habituales.
Quintana explica que, en España, hay «alguna iniciativa que se está fraguando» para hacer algo similar, pero nada concreto todavía. Yendo a lo más cercano, en Valladolid existen algunos comercios en los que se trabaja básicamente con prendas de segunda mano, en las que también resulta importante el cuidado del producto y de su colocación: «El consumidor tiene que sentir una experiencia agradable, que la ropa esté limpia y ordenada. Que sea de segunda mano no quiere decir que esté mal», advierte la experta.
Para Quintana, todo lo que sea de segunda mano puede entrar en este concepto y encajar en lo que se llama economía circular. Lejos todavía del centro comercial sueco, en Zamora existe la posibilidad de seguir haciendo pequeños gestos como los de enZamoraTé. Todo, sin perder la ambición de imitar un día el modelo de Retuna.
Este reportaje es un contenido patrocinado por la Concejalía de la Oficina Municipal de Desarrollo del Ayuntamiento de Zamora.