La pista deportiva de Arrabalde ha estrenado hace poco un nuevo aspecto. Ahora, el lugar donde los niños sueñan con celebrar goles en los grandes estadios del mundo es completamente azul, como el cielo que luce imponente sobre el pueblo zamorano en una tarde cualquiera de verano. Pero si uno mira hacia arriba, antes de toparse con el horizonte, se encuentra con una estampa natural que esconde secretos, guarda la historia del lugar e invita a la contemplación y al descubrimiento.
Sin embargo, antes de subir hacia allí, justo al lado de la cancha con las porterías, conviene entrar en un pequeño local que constituye un pequeño cosmos de conocimiento para quien pisa por primera vez estas tierras. Se trata del Centro de las Labradas, un aula arqueológica que sirve para interpretar el yacimiento de origen astur que se ubica en este territorio, en la sierra de las Carpurias, sobre la vega del río Eria.
Dentro del centro, les espera Mari Carmen, la mujer que ejerce como guía de un espacio recién reabierto con el apoyo del Patronato de Turismo de Zamora y donde se explica, a través de un vídeo y de una visita, qué es lo que los visitantes se pueden encontrar fuera, quién vivía antiguamente en estas tierras y cómo era por entonces el entorno. Así lo señalan los representantes de dos de las patas sobre las que se asienta este proyecto en Arrabalde: su alcalde, Alejandro Alija, y la secretaria de la Asociación cultural Castro de las Labradas, Ruth Fernández.
La representante del colectivo indica que el interior del aula cuenta con nueve secciones en las que se explica cómo vivía el poblado astur. La guía del centro orienta a los visitantes a través de una explicación para que, de la mano de las reconstrucciones, estas personas comprendan «cómo vivían o trabajaban la artesanía» los individuos de este pueblo, de qué manera levantaban sus chozas o cómo era su técnica para la fabricación de las herramientas.
Eso, en este primer año. Y es que el aula ha abierto en mayo tras un tiempo de cierre. Para cursos sucesivos, el objetivo de los responsables de Arrabalde es incorporar más armas y joyas, y sobre todo «digitalizar el aula». De momento, el presupuesto ha llegado para colocar un QR. A partir de ahí, el alcalde tiene en mente la alternativa de las imágenes 3D o de una maqueta: «Pero poco a poco», subraya Alija, que recuerda que el suyo tampoco es un pueblo especialmente potente en lo económico.
Sin embargo, sí lo es en ambición por este proyecto y en amor por el Castro de las Labradas: «De la mano de Zamora Protohistórica, estamos elaborando un proyecto para estudiar con drones cómo era toda la estructura», comenta el dirigente municipal, que recuerda que el entorno abarca 23 hectáreas que se podrían ampliar a 50 si se considera que lo que se ha descubierto en los alrededores también pertenecía al castro.
Por lo pronto, si uno asciende a la zona, la patea y la domina, podrá observar la muralla reconstruida en 2006, y perteneciente a lo que fue el mayor poblado fortificado de la época Astur en Zamora. La información de la Junta de Castilla y León destaca que este espacio estuvo ocupado desde la Edad de Bronce, pero matiza que su momento álgido se corresponde con el final de la Edad del Hierro y la romanización de estas tierras.
Además, incide en que el poblado estuvo rodeado por varias líneas de muralla con puertas de entrada al recinto, una de las cuales está reconstruida. Su singularidad viene dada tanto por lo insólito de sus dimensiones, con un perímetro de 2.500 metros y la citada superficie de 23 hectáreas, como por lo excepcional de sus estructuras defensivas. Sus dos tesoros, compuestos fundamentalmente por grandes joyas en oro y depositados en el Museo Provincial, son los más ricos de los hallados hasta ahora en toda la península.
En el lugar, también se encuentra parte de la estructura de una ermita posterior que se sitúa al pie de una zona con unas vistas «idílicas», según las ve Ruth Fernández. Lo cierto es que, cuando uno se asoma para mirar hacia el infinito, el escenario abruma. «Es un sitio perfecto para pasar una mañana», insiste el alcalde, consciente de que mucha gente no va únicamente a descubrir, también utiliza el entorno para el deporte.
Las rutas deportivas
No en vano, recientemente se inauguraron tres rutas de senderismo, cicloturismo y escalada que aparecen señalizadas con detalle sobre sus características y que generan un atractivo más para el entorno. Los itinerarios llevan el nombre de «El tesoro de Arrabalde» y ya se venían usando «por parte de mucha gente». «Estamos muy contentos por las visitas en general», admite Alejandro Alija, que destaca que, solo en los dos primeros meses de funcionamiento del aula, se pasaron por allí entre 500 y 600 personas.
Eso, más grupos como el de escaladores de Pontevedra que viajó directamente a la zona deportiva y que ayuda al mantenimiento de los negocios de un pueblo en el que resisten varios establecimientos abiertos, a pesar de que se trata de un lugar alejado de los grandes núcleos, ya en la frontera de Los Valles con León, y de apenas 200 habitantes: «Además, tenemos dos casas rurales y hay intenciones de montar más. Nuestro objetivo es que, de forma privada, la gente se anime a invertir en Arrabalde«, añade Alija.
Todo, desde una perspectiva clara: «Aquí hay turismo arqueológico y de naturaleza. No todos los pueblos tienen esto».
Este reportaje es un contenido patrocinado por el Patronato de Turismo de Zamora