Es jueves por la mañana y la tranquila rutina de Muelas del Pan se rompe a escasos metros de la presa de Ricobayo. Alrededor de cincuenta personas trabajan en su formación en el nuevo centro de innovación de Iberdrola, un edificio con el que la compañía pretende volver a sus orígenes de la mano de la innovación.
De entre todos, llama la atención un pequeño grupo que trabaja en una réplica a escala de un aerogenerador. De dentro del pequeño cubículo sale un muñeco que varios trabajadores de la energética se afanan en bajar hasta el suelo. Es el simulacro de un rescate a un trabajador que haya podido quedar atrapado, o inconsciente, dentro de una de las máquinas. “En este trabajo es importante la formación continua y saber cómo actuar ante imprevistos de cualquier tipo”, aseguran los responsables de la empresa.
Héctor Arto es responsable de Selección de Talento de Iberdrola y el responsable, durante la visita, del funcionamiento del campus formativo. “La central de Ricobayo fue en su momento la mayor obra de ingeniería de Europa y es parte fundamental del nacimiento de Iberdrola. Es el propio origen de la compañía”, asegura. “Lo que se ha hecho ahora es dar un impulso a toda la formación técnica para los trabajadores de la empresa, sobre todo para los que se dedican a la hidráulica, pero también a otros sectores, como la eólica”. Por esto, indica, se ha elegido precisamente esta ubicación para construir estas instalaciones.
Ricobayo, recuerda Arto, fue “en su momento el activo más importante de la empresa”, a partir del cual se fueron desarrollando el resto de saltos del Duero. “Hizo de elemento vertebrador en lo que refiere a la generación de energía hidráulica en la zona”. Con este último impulso, la empresa ha convertido el almacén que antes era el laboratorio de hidráulica en el segundo campus formativo en importancia de la compañía, solo superado por el de San Agustín de Guadalix. “Se consigue además que los trabajadores no tengan que ir siempre a Madrid para este tipo de formaciones, lo que supone a la par un impulso económico a la zona”, apostilla el responsable de Selección de Talento de la compañía.
La verdad es que hay pocos lugares mejores para entender el funcionamiento de una central hidroeléctrica. Los nuevos trabajadores se forman en una réplica a escala de la central zamorana, con todos sus saltos de agua, y pueden internarse en sus recovecos más profundos de la mano de expertos en la materia. Una visita al mirador cierra la jornada formativa para estos trabajadores.
«Vinculación con Zamora»
La puesta en funcionamiento del campus forma parte, apostilla Arto, de la “vinculación de la empresa con Zamora”, tierra en la que nació hace 120 años y “desde la que viene impulsando la transición energética hacia energías renovables y competitivas que promueven el desarrollo de una sociedad sostenible y responsable con el entorno medioambiental y socio económico”.
De cara al futuro, “Iberdrola España va a seguir realizando un importante esfuerzo inversor en esta tierra, para continuar ofreciendo, a sus casi 130.000 clientes zamoranos una calidad de servicio cada vez mejor”. Para ello, tiene previsto invertir en la provincia 36 millones de euros en redes eléctricas durante los próximos cuatro años, otros 40 millones se destinarán a la ampliación de parques eólicos, 4,7 millones a infraestructuras hidroeléctricas durante los dos últimos años y una aportación fiscal recurrente de más de 13 millones de euros anuales de impuestos provinciales.
“La empresa mantiene 17 instalaciones en la provincia zamorana con una potencia instalada de 976 MW, cuatro infraestructuras eólicas y 13 centrales hidroeléctricas, una energía limpia y flexible que crea empleo y apuesta por la formación de profesionales en un sector en auge que ofrece trabajo a los jóvenes”, aseguran desde la compañía.
Este reportaje es un contenido patrocinado por Iberdrola