Pareja remató dentro del área y 7.000 personas enmudecieron. Solo se escucharon los gritos de euforia de las otras 70 almas del estadio; los rugidos de los aficionados, los jugadores y el staff del San Sebastián de los Reyes. El Zamora tenía el 1-0 en la mano, los madrileños veían la eliminatoria torcida, pero llegó el disparo inapelable. Para la vuelta, el equipo que ejercerá de local partirá con la ventaja de poder empatar y subir tras una hipotética prórroga; al visitante, sea en el tiempo reglamentario o luego en el extra, solo le valdrá ganar.
El gol lo cambia todo y deja a la familia rojiblanca, muy nutrida esta vez, fría como hace dos semanas después de presenciar la ida ante el Sant Andreu. Pero la propia historia del club, interesante a veces para entender la idiosincrasia que acompaña a la entidad, ofrece algunos datos que conviene contemplar en las horas posteriores al Zamora CF 1-1 San Sebastián de los Reyes. Para empezar, el triunfo por la mínima que los hombres de David Movilla llevaban consigo hasta el minuto 82 tampoco era una bicoca. Y no hay que remontarse mucho en el tiempo para buscar ejemplos.
En este siglo, ya con el Ruta de la Plata como hogar, el Zamora Club de Fútbol se jugó dos ascensos a domicilio tras ganar por la mínima en la ida. Los perdió los dos. El primero en Castellón (2005) y el segundo en Haro (2019). En ambos casos, 2-1 en casa y 1-0 fuera por culpa de lo que entonces marcaba tanto las eliminatorias: el valor del gol lejos de la casa de uno. El ejemplo basta porque, con ese mismo panorama tras la prórroga, los rojiblancos también habrían perdido el ascenso el domingo que viene.
Pero eso ya es ficción. El Zamora tendrá que ganar para ascender, como ganó a la Gimnástica Segoviana en 2020, en su último ascenso; como ganó al Coslada en 1999, en el anterior; como gano al Santa Ana en 1997; como ganó al Constancia en 1983; como ganó al Albacete en 1978… No sube mucho este equipo; cinco veces en 45 años. Pero cuando lo consigue es porque gana el partido decisivo.
Conviene señalar aquí que, además, las dos últimas veces que el Zamora subió con público en las gradas, más allá de aquel play off pandémico del 20, lo logró en Madrid. Son míticos los triunfos en Coslada y Santa Ana, como también brillan aún en la memoria las imágenes de tipos de rojiblanco saltando al campo para festejar antes de que el árbitro pitara siquiera el final del partido.
Triunfos en Pontevedra y en Orense
Por otro lado, y más allá de la historia, la propia liga de esta temporada abre otra ventana a la esperanza rojiblanca. Contra los equipos de este nivel, en el campeonato regular, perdió en casa contra el Pontevedra (0-4) y empató en el Ruta frente al Orense (0-0). Fuera, en cambio, se impuso 1-3 y 0-3 al segundo y al primer clasificado de su grupo en una demostración de resistencia y pegada en situaciones límite, particularmente en Pasarón.
La última de la lista obliga a regresar a otra eliminatoria mítica. La última vez que el Zamora CF empató la ida 1-1 en casa en una eliminatoria del play off fue en el tan manido cruce contra el Linares. A la vuelta, 1-2. Y esta vez sería definitivo. Madrid vuelve a ser el escenario 25 años después, y queda una semana para la cita.