En una de las casetas de la Feria del Libro de Zamora hay dos mujeres y un hombre que van a otro rollo. Su stand no es una librería, tampoco el puesto de una editorial, no representan a un gremio ni tienen relación alguna con la escritura, la distribución de novelas y cuentos o el estudio de la literatura. Eso sí, ellos tres también hacen cultura y se dedican al arte, pero por otras vías. Lejos de los versos o de la prosa afilada, sus manos construyen figuras, pintan láminas, diseñan imágenes para prendas o decoran postales.
Los tres forman la llamada caseta de los ilustradores en la feria instalada durante los últimos cuatro días en la plaza de la Constitución. Sus nombres son Nekane Jiménez, Avestrut y Miguel Bueno, y juntos han dado forma a un stand de tamaño reducido, pero donde le han hecho hueco a sus respectivos talentos y a la «armonía». «Cuando alguien se acerca a ver a uno, también conoce lo de los demás», explica la primera de las artistas mencionadas.
Ella, Nekane Jiménez, ha traído desde Villabuena del Puente las láminas que llevan su sello, cada vez más conocido, y alguna «serie pequeñita y hecha a mano con cariño» en la que también ha reciclado un libro ajado, como guiño al escenario en el que se manejaba durante el fin de semana.
La artista, nacida en Navarra, destaca las ventajas de contar con este hueco para promocionar su propio trabajo y «conectar con el entorno de Zamora», una empresa en la que la compañía de los otros dos creadores le ha resultado más que productiva: «No nos pisamos para nada y está todo muy equilibrado», asegura Jiménez.
A su lado, Avestrut muestra algunos de los fanzines con sus dibujos de trazo reconocible, las tote bags con el rostro de la Virgen de la Soledad o las postales con la imagen de la Concha. Suyo ha sido también el diseño del cartel para la Feria del Libro de este año: «Además, he traído cosas de mascaradas», matiza la artista local, que recuerda que los dibujos cada vez tienen más peso en las ventas literarias, habida cuenta del auge de la novela gráfica.
La ilustradora pone como ejemplo la serie editada por Semuret, que precisamente acaba de estrenar un cómic de Claudia Esteban y Pifa Montgomery, y destaca la atracción que generan este tipo de ediciones. En cuanto a lo suyo, las vírgenes «llaman la atención a la gente mayor», mientras que los fanzines tocan más el alma de los millennials. Cada cual con sus pasiones.
Mientras Avestrut explica algunas de estas cuestiones, Miguel Bueno, el responsable del proyecto Arte Feudo, sigue recibiendo las visitas y las miradas curiosas hacia su trabajo de la gente que pasea por la Feria del Libro. Un rato antes, el «escultor cultural» había hecho incluso una demostración en directo de cómo funciona un trabajo con proceso y resultado que van más allá de lo curioso: «Lo variado, lo exótico y lo cercano llaman la atención», admite.
Animales microscópicos y zangarrones
Los animales microscópicos creados a un tamaño pequeño, pero bien visible para el ojo humano atraen las miradas, aunque tampoco se quedan atrás las figuras de la mitología local, de las leyendas y las tradiciones. Los zangarrones, por ejemplo, dan fe de esa vinculación del trabajo de Bueno con la tierra y sus rituales ancestrales, y se convierten en un buen complemento para llevarse a casa junto a alguno de los libros de mascaradas que se pueden encontrar por las librerías del entorno.
«Al final, lo mejor es que podamos estar dentro del ambiente cultural de Zamora», concede el escultor mientras la gente sigue asomándose a la caseta.