Creyó la ciudad, voló el equipo y claudicó el rival. El Zamora Club de Fútbol jugará la eliminatoria final por el ascenso a Primera Federación tras derrotar al Sant Andreu (2-0) en un partido en el que los rojiblancos fueron una apisonadora en la primera parte, erraron con el estoque en la segunda y supieron resistir con agallas y orden en la prórroga. El doblete de Cañizo y el aguante bastaron porque, con el formato actual, prima la posición liguera en caso de empate. Los hombres de David Movilla fueron terceros; sus rivales, cuartos. En el minuto 124, en plena agonía, eso marcó la diferencia.
La victoria tiene historia por varias razones. Quizá, lo más justo es señalar en primer lugar que los jugadores están sufriendo en primera persona los problemas económicos del club y que, aún así, salieron a jugar como si les fuera la vida en ello. Eso por delante. Pero también resulta reseñable el hecho de que precisamente esta plantilla ha sido la primera del Zamora CF en superar una eliminatoria de play off a doble partido desde la de Linares en el año 2008. Han pasado 16 años y siete rivales victoriosos. Hasta hoy.
El aquel último triunfo, apuntado en Linarejos el 1 de junio de aquel curso, el Zamora CF tiró de resistencia y de pegada más que del vendaval ofensivo que le ha valido esta vez para sacarse el mal fario. Ese día, Alegre marcó pronto para desnivelar el 1-1 de la ida, los rojiblancos se encerraron y, después de que Catanha devolviera el equilibrio al marcador, Senel cazó un rechazo en el área para poner al equipo a un paso de Segunda A.
El instante quedó grabado en la memoria de quien estuvo allí como un momento épico para la historia del club. Quien haya acudido este domingo al Ruta de la Plata con el sentimiento que exige el momento, también contará la remontada ante el Sant Andreu como parte del legado que hay que transmitir a quienes se van incorporando. Será un momento referencial para un Zamora que, en ese 2008, perdió el ascenso ante el Rayo Vallecano y que, al año siguiente, también en Segunda B, tropezó en su empresa de dar el salto de categoría. En esta ocasión, a la primera y sin opciones ante el Villarreal B.
Ya en Tercera, en busca del retorno al bronce, el Zamora CF perdió contra el Mancha Real en la eliminatoria de campeones de la 15/16 y, en el reenganche, contra la Mutilvera. Lo mismo le sucedió en la 18-19: primero con el Haro Deportivo y, más tarde, con el Alcobendas. No hubo resistencias épicas ni remontadas gloriosas. Siempre acabó por sonreír el rival. También en la 22-23 contra el Alavés B. En Vitoria, los rojiblancos se llevaron cuatro tras empatar en el Ruta.
La gran noche del estadio
Las cosas habían sido distintas a partido único, tanto en el ascenso de 2020 frente al Numancia B o la Gimnástica Segoviana como en rondas de Copa del Rey ante rivales de entidad como el Sporting de Gijón o el Racing de Santander. Pero faltaba un pase como este. Quizá, la gran noche de play off en un estadio que rugió en días como el de Castellón en 2005, pero con el grito ahogado por la existencia de un partido de vuelta. Ante el Sant Andreu, Zamora decidió. Y lo hizo a favor.
El día tuvo muchos protagonistas, pero en el fútbol los goles mandan. Cañizo marcó los dos frente al equipo catalán, igual que Senel anotó el decisivo hace 16 años en Linares. Los dos delanteros, los dos llegados en el mercado de invierno y dirigidos por entrenadores que vivían segundas partes en el banquillo del Zamora.
Pero ahora, si esto va de cambiar la historia, los rojiblancos tienen la ocasión de hacerlo en la ronda decisiva. Mientras eso llega, toca guardar los detalles de una noche imborrable en medio del camino. Sea cual sea el destino.