Los vecinos de Vega de Tera contrarios a la instalación en su pueblo de una planta de biometano han recogido y entregado, hasta el momento, más de mil firmas para empujar al equipo de Gobierno a que desista en su decisión. Una cifra muy significativa en un pueblo que no llega a cuatrocientos habitantes, ya que el total de rúbricas presentadas ante la Diputación de Zamora casi multiplica por tres el censo de la localidad.
Fuentes de la plataforma aseguran que con la presentación de las firmas pretende visibilizarse «el descontento del pueblo», contrario «de forma masiva» al desbloqueo de los trámites administrativos que podrían concluir con la instalación de la planta de biogás en una parcela de Junquera de Tera.
En un comunicado, la agrupación explica que la preocupación en el pueblo ha sido creciente ante la convocatoria de un Pleno extraordinario para el 15 de mayo, desconvocado finalmente al faltar documentación en el expediente a tratar. Los firmantes hacen un llamamiento a las autoridades provinciales, para que tomen en consideración sus propuestas y tomen cartas en el asunto para impedir la instalación de una planta de biogás en Junquera. Con todo, hay que recordar que el propio presidente de la Diputación, Javier Faúndez, ya aseguró hace unos días que la cuestión compete a los vecinos de la localidad, y no a otras instituciones.
La propuesta ha partido por la mitad al pueblo, que se divide entre los partidarios de la fábrica (con el argumento de que generaría empleo y riqueza) y los detractores, que defienden que hipoteca el futuro de la localidad y que hará imposible vivir allí. Las cuentas que ha hecho el equipo de Gobierno, y que ha trasladado a los vecinos, hablan de una recaudación por el ICIO (Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras) de medio millón de euros. Hablan de 72.000 euros anuales de IAE, 25.000 de IBI y una renta por el alquiler de los terrenos de 360.000 euros en lo que dure el contrato. El presupuesto anual del pueblo ronda el medio millón, lo que da una idea de la importancia económica que la planta tendría si estas cifras se cumplen.
«Desde el Ayuntamiento apostamos firmemente por esta planta de biometano y trabajaremos para que Capwatt nos elija y se asiente en nuestro pueblo y podamos tener así una fructífera relación que siente los cimientos de la recuperación de nuestros pueblos y nuestra comarca», aseguran desde el equipo de Gobierno. El equipo de Gobierno apunta por lo demás que «durante la fase de construcción», que duraría unos dos años, «se necesitarán cubrir entre cuarenta y cincuenta puestos de trabajo para la ejecución de la planta en la que, además, se suscribirán contratos con empresas de la comarca para el suministro de los materiales de construcción requeridos».
Los detractores argumentan que la planta obligaría a que hubiera «350.000 cerdos en un radio de 40 kilómetros» desde Junquera de Tera para hacerla rentable y aseguran que hasta cincuenta camiones diarios, cargados con una media de 20 toneladas de purines, pasarían cada día por el centro de los pueblos. Una factura impagable, apostillan.