Tras la noche del llanto viene la mañana de la fe. El CB Zamora perdió ante el Odilo Cartagena y tendrá que tratar de ascender por el camino más espinoso, pero la estampa de este sábado en el Ángel Nieto dejó un poso de vinculación entre el equipo y la ciudad que va más allá de un resultado puntual y ofreció también historias tan particulares como la de Ana y Pablo. Ella salió de cuentas el miércoles; él se resiste a salir. Los dos vibraron literalmente en las gradas hasta que la bocina final le dijo «no» al júbilo. De momento.
Y es que de la misma manera que Pablo verá la luz más pronto que tarde, el CB Zamora también tiene ante sí la posibilidad de tocar la gloria con algo de suspense. Quizá se demore más tiempo del esperado, ¿pero quién recordará eso pasados los años? «Yo creo que el niño quería nacer en LEB Oro en lugar de en LEB Plata», señalaba divertida este sábado Ana, la madre, que en el descanso del partido confiaba en el éxito deportivo mientras se abanicaba y trataba de colocarse para evitar golpes bruscos de los compañeros de grada.
«Decidí venir aquí a ver si animando un poco o botando quería salir», explicaba quien es la madre también de una niña llamada Daniela y que ha esperado a Pablo durante toda la temporada desde la grada del Ángel Nieto: «No soy socia de toda la vida porque no soy de aquí, pero somos amigos de Saulo e intentamos venir a todos los partidos», aclaraba.
Esa afinidad personal y la relación asentada ya con el equipo llevaron los nervios al cuerpo de Ana durante la final: «Pero él aguanta», matizaba bajando la vista hacia su vientre esta socia del CB Zamora, que ponía un gesto entre resignado y divertido al citar el nombre completo que tendrá su hijo: Pablo Iglesias Roces.
Al menos durante el partido, el niño no quiso asomarse a la puerta ni siquiera con los cánticos de «Sí se puede» que se escucharon desde la grada cuando todo parecía perdido. Ahora, a la vista de los acontecimientos, sí podrá seguir por la tele – el ruido del pabellón no es apto para recién nacidos – el resto de la temporada del equipo al que sus padres han seguido con fruición mientras aguardaban su venida.
Quizá, lo que ocurre es que el ascenso quería esperar a Pablo. Si es así, bienvenida será esta pequeña demora.