El Camino de Santiago ha recuperado el vigor en Zamora después de un 2020 de vacío, un 2021 sin apenas movimiento y un 2022 en el que las cifras se quedaron lejos de las registradas antes de la pandemia. Ha sido ya en 2023 cuando los números se han situado a la altura de la temporada anterior al COVID, con unos 4.500 peregrinos por las rutas de la provincia, según la estimación de la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago.
Su presidente, José Almeida, ha remitido un informe al que además ha añadido el dato de que los peregrinos cada vez parten más desde Zamora o La Granja de Moreruela, cuando los puntos de partida escogidos antes se ubicaban más en lugares como Salamanca o Mérida.
Los agravantes de 2022
El responsable del colectivo ha hecho un repaso de los años duros que han transcurrido recientemente y ha recordado «los agravantes añadidos» para Zamora en ejercicios como el 2022, con «una prolongada ola de calor» en verano que provocó el abandono de bastantes peregrinos, o los graves incendios que motivaron que algunos más optaran por desviarse hacia otras zonas ante «la pérdida de encanto natural».
Todo ello llevó a que, en 2022, la cifra de peregrinos fuese un 18% inferior a la de 2019. «Afortunadamente, por los datos que tenemos al cerrar 2023, como aspecto más significativo podemos asegurar que el número de peregrinos se ha estabilizado en relación al 19 y hay unas cifras similares en todos los caminos que pasan por la provincia», ha destacado Almeida.
Con respecto a las características y el origen de los peregrinos, el 72,32% son hombres; el 88,70% realiza el Camino a pie y el 11,19% en bicicleta. También es significativa la tendencia al alza de peregrinos de avanzada edad, ya que el 50,51% son mayores de 60 años.
En cuanto a la procedencia, el 33,73% son españoles, y la comunidad de Andalucía es la que mayor número aporta, con un 6,84% y, en segundo lugar, Castilla y León, con un 3,73%. «Este dato sorprende, por cuanto no es muy habitual que peregrinos recorran caminos de su propia comunidad», ha matizado Almeida.
Sobre los extranjeros, cabe destacar que representan el 66,27% del total, y es Alemania, con un 11,86%, el país que mayor número de peregrinos aporta, seguida de Francia, con un 11,07%, e Italia, con un 10,96%.
En cuanto al número de países, en 2023 han recorrido la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés peregrinos de 55 procedencias, «algunas tan significativas y curiosas como Vietnam, Ucrania, Malasia, Bielorrusia, China o Perú». Son peregrinos de «largo recorrido», ya que el 46,44% comenzaron en Sevilla.
«Mala situación endémica»
«Estos buenos datos de la peregrinación en el pasado año, no pueden hacernos ocultar la situación endémica que atraviesan nuestros caminos, especialmente estos dos citados, la Vía de la Plata y el camino Sanabrés, que son los más concurridos, porque de tener una afluencia de más del 5% con respecto al total de peregrinos que llegaban a Santiago, en los últimos 20 años hemos descendido a poco más de un 2%, pasando del tercer lugar en preferencia a la hora de elegir una de las rutas jacobeas al séptimo que ocupamos en la actualidad», ha reflexionado Almeida.
El responsable del colectivo ha hablado de «una mala planificación y una mala gestión de los Caminos de Santiago». «Y aquí todos somos responsables, desde las asociaciones hasta las administraciones públicas, que son las que deberían velar por el aprovechamiento y puesta en valor de este rico patrimonio, heredado a lo largo de doce siglos de historia», ha apostillado Almeida.
Como ejemplos, el responsable de la asociación ha citado que «se han señalizado algunos caminos colocando los mojones de orientación para el peregrino donde no son necesarios; o que recientemente, se han instalado unos bancos para descanso del peregrino en aquellos lugares en los que no se necesitan». «Seguimos tratando de atraer peregrinos a nuestros caminos y luego, cuando por obras les cortamos el tránsito por el itinerario jacobeo, como es el caso del Puente de Piedra de Zamora, que lleva cuatro meses en obras, los responsables no han sido capaces de eliminar las señales instaladas y colocar las correspondientes al trazado provisional mientras duren aquéllas para reconducir a los peregrinos», ha remarcado.
«Podríamos seguir con más ejemplos que justifican, en buena medida, por qué nuestros caminos, en lugar de ir creciendo como hacen los demás, son los únicos que no experimentan una evolución positiva. Confiemos en que antes del próximo Jacobeo, para el que disponemos de tres años, podamos revertir esta penosa situación», ha zanjado Almeida.