En Arcenillas, como sucede en otros muchos pueblos de la provincia, hay un colegio en el que se dan varios niveles educativos. Desde las primeras etapas de Infantil hasta las más avanzadas de Primaria, los niños conviven entre sí en un mismo aula. Eso, el año que viene, pasará a la historia. Y no por falta de niños, como suele suceder en esta provincia. Será por lo contrario: en Arcenillas, en contra de lo que sucede en otros sitios, hace falta un colegio más grande. Un auténtico milagro en una provincia que, demográficamente, se desangra.
En el pueblo estudian actualmente once niños, según relata Jennifer Fernández, la alcaldesa de la localidad. Así que este año el aula ya se ha tenido que «desdoblar» , término con el que en Educación se refieren al hecho de formar a los chavales de Infantil por un lado y a los de Primaria, por otro.
Los de Primaria aguantan en las instalaciones del colegio mientras que los de Infantil están puntualmente recibiendo clases en una caseta instalada en el patio de las escuelas. Algo puntual, aseguran desde el Ayuntamiento, porque las obras están ya en marcha y tienen un plazo de ejecución de siete meses. Es decir, el año que viene habrá aulas para los dos niveles, a mayores de unas instalaciones reservadas para niños con necesidades especiales.
Pero hay más, porque a mayores de la ampliación del colegio (que es una obra que paga la Junta de Castilla y León), el Ayuntamiento de Arcenillas está construyendo en el mismo edificio una guardería municipal para dar atención a un número de niños «creciente» y que, se espera, continúe en aumento. Fernández tiene ya constancia de cuatro familias que necesitan sí o sí el servicio de guardería, «y se esperan más nacimientos en el pueblo» .
La obra
En el momento de realizar este reportaje los obreros tenían su primera toma de contacto con el terreno. Con el replanteo ya realizado, los operarios se afanaban en retirar unos árboles que impedían la ampliación del colegio. Ampliación que será, detalla el responsable de la obra, de características similares a las del propio colegio ya existente. «Nada de prefabricados».
Una edificación en toda regla para un colegio que tiene, indican desde el Ayuntamiento, vocación de continuidad. Jennifer Fernández confía en que las obras que se están llevando a cabo atraigan a más familias y los niños se queden a estudiar en Arcenillas. El pueblo, como muchos del alfoz de Zamora, ve como muchos padres llevan a sus hijos a los centros educativos de la capital buscando una mayor comodidad por motivos laborales. «Pero también sucede porque hay gente que es más reacia a dejar a sus hijos en colegios con menos niños. Confiamos en que la obra empiece a cambiar esto», apostilla la alcaldesa.
Más familias jóvenes
El pueblo ve en los últimos años como la cercanía a Zamora, que penaliza en determinadas cuestiones, beneficia en otras. Así, es creciente el número de familias que, atraídas por la tranquilidad del entorno rural, ha comprado una vivienda en Arcenillas. Las urbanizaciones con las que el pueblo creció hace más de una década, y que en ocasiones costó vender por el estallido de la burbuja del ladrillo, están ahora prácticamente llenas de familias con hijos.
«Muchos provienen de aquí, pero también hay familias sin relación anterior con el pueblo, que vienen de Zamora», asegura la alcaldesa en conversación con este periódico. El reto ahora es que esas familias «hagan aquí su vida social» y «se integren» definitivamente en la vida del pueblo. «La mayoría lo hacen», celebran desde el Ayuntamiento de Arcenillas, que se ha convertido en un pequeño oasis de esperanza demográfica para la provincia de Zamora.