El pueblo se echa a las calles para acompañar a la Filandorra en una jornada de mascarada en la que también hubo hueco para el homenaje a «aquellos hombres y mujeres que preservaron esta tradición a lo largo del tiempo»
Pueblos
El pueblo se echa a las calles para acompañar a la Filandorra en una jornada de mascarada en la que también hubo hueco para el homenaje a «aquellos hombres y mujeres que preservaron esta tradición a lo largo del tiempo»
Un grupo de entre veinte y treinta personas le ha devuelto el vigor a una fiesta cuyo futuro se complicaba por la despoblación y el envejecimiento