Negocios de resistencia

Marisa Blanco aguanta con el camión por cinco pueblos de la comarca, a pesar de la evidente bajada de la clientela potencial y de una circunstancia personal limitante

La panadería que gestionan Montse Fernández y Pablo Esteban en Mahíde se enfrenta a la pérdida demográfica con más empuje

La tienda de Ferreras de Abajo funciona con la tercera generación de mujeres al frente: «A veces, hasta que no desaparece el súper, no se le da el valor que tiene»

El negocio de alimentación ubicado al pie de la carretera en Santovenia del Esla resiste con lo mínimo ante la bajada de un pueblo que llegó a contar con más de mil vecinos

La mujer es la única responsable del reabierto bar de Molezuelas de la Carballeda | «Al principio costó, ahora es más fácil», reconoce su marido

El comerciante de Torregamones destaca la pujanza «sin conocimiento» de su negocio antes de que Miranda se fortaleciera, y reivindica su labor social en estos tiempos

El dueño de la Carnicería Sevillano, en Pino del Oro, ajusta el negocio que heredó de sus antepasados para sobreponerse a la pérdida poblacional

La tendera, que mantiene abierto el único comercio del pueblo, atiende al público en una ermita rehabilitada, dando un servicio esencial para los vecinos de la localidad

El supermercado de Moveros funciona con cinco personas – seis los fines de semana – y con el empuje de encontrarse en La Raya: «Si no fuera por eso, no podríamos estar aquí»