La actuación que está llevando a cabo la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León en la Muralla del Mariquillo de Puebla de Sanabria concluirá en febrero, según la previsión transmitida este miércoles por la propia institución autonómica, que ha remarcado que este monumento «constituye un yacimiento muy relevante por su potencial en el conocimiento de la evolución de las diferentes fases en los sistemas de defensa de la población».
Según la Consejería, «el estado de las murallas en este tramo había generado un importante estado de degradación, provocando derrumbamientos parciales». El pasado año, ante el desplome observado en el lienzo y el tamaño de las grietas, para prevenir el riesgo de derrumbe, la junta realizó una actuación preventiva, con un coste superior a 40.000 euros. También se puso en marcha un proceso de levantamiento y documentación de este tramo de muralla con metodología BIM, que permite documentar el estado de partida y de finalización de las obras sobre el modelo digital.
En la fase de estudios previos a la redacción del proyecto de actuación en la Muralla del Mariquillo, se realizó un sondeo arqueológico en la plaza, para determinar las características principales del subsuelo y considerar la viabilidad de las propuestas y las medidas correctoras necesarias para proteger el patrimonio arqueológico.
El resultado de dicha excavación ha permitido «certificar la existencia de restos constructivos, asociados en parte a la muralla, desde cotas muy superficiales, lo que ha llevado a establecer una minimización de los trabajos de excavación en la obra, siempre con la preceptiva excavación arqueológica, para preservar el patrimonio soterrado».
Entre los meses de octubre y noviembre se realizó un sondeo en el extremo occidental y se documentó el adosamiento de dos muros en lo que externamente se refleja como un ángulo en la muralla y una posible zona de acceso. No hay restos identificables con el adarve. Se han realizado los controles arqueológicos pertinentes, incluido el desmontaje de algún elemento para su documentación completa. La labor arqueológica principal pendiente aún es la excavación del talud exterior.
La intervención como tal
La actuación dio comienzo en septiembre y está previsto que finalice el próximo mes de febrero. Se ha realizado ya la estabilización del lienzo, compatibilizándolo con los trabajos de documentación arqueológica, y actualmente se está completando la obra de drenaje y evacuación de aguas y la pavimentación de la plaza. En los trabajos de restauración se están utilizando materiales y sistemas constructivos similares a los empleados originalmente al efecto de preservar sus características y su forma exterior.
La obra «permitirá detener el proceso de deterioro de la muralla, recuperar la firmeza y estabilidad de los materiales constructivos, restaurar los sectores en los que se aprecian deformaciones y desprendimientos y eliminar las causas que han producido los daños existentes».