A los ganadores del premio al mejor disfraz de la San Silvestre de Zamora podrán quitarles la vida, pero nunca los restos de pintura azul de la cara. Nunca es mucho decir. Quizá, con el tiempo acabe saliendo, pero ese será uno de los retos que tendrán para empezar el 2024. Mientras piensan cómo hacerlo, los siete tipos disfrazados de William Wallace que compitieron en la carrera de la capital han despedido el 23 con un pack de Moralejo Selección por su caracterización al estilo del famoso personaje de Braveheart.
«Nos unen la tontería, la cerveza y ser del club Correcaminos del Duero«, explicaron tras llegar a la meta. Es decir, a veces corren en serio, «cada vez menos», pero esta vez lo hicieron por la amistad que les une y por cerrar el año con una sonrisa. Diego Bravo, que entró en primera posición, les quedó muy lejos, pero como a la mayoría de los participantes en la prueba de este día de Nochevieja, eso les daba igual.
La Plaza Mayor de Zamora fue una fiesta amenizada por la música que salía de los altavoces y de los acordeones de los hermanos Lagutik, que también corrieron vestidos de Papá Noel. Centenares de gorros naranjas poblaron la zona antes de dispersarse rumbo a una San Silvestre que cada uno se tomó como quiso y como pudo. A alguno le pesó el cigarro previo y otros directamente llegaron andando. La mayoría cruzó a su ritmo y otros pocos compitieron por el mejor tiempo. El caso era disfrutar, como cada cual lo entienda.
Dificultades competitivas
También es verdad que ir disfrazado de la princesa Leia, de Pikachu o de payaso penalizaba las opciones competitivas de unos cuantos. Quizá para eso convenía más el traje de oveja con cencerro incluido, para asustar a los rivales al estilo del zangarrón. Otros optaron por ir con animales de verdad, unos perros bien entrenados que no dejaban muy claro si el dueño tiraba de ellos o viceversa.
Por las calles del casco antiguo pasaron también elfos, tipos con una camiseta antigua del Logroñés, paisanos con la zamarra del Zamora y una boina, algunos clásicos caracterizados de Maradona e incluso un par de atletas transformados en el mismísimo reloj de la Puerta del Sol, uno de esos en los que no suena The Final Countdown.
Esa cuenta regresiva llegará en forma de cuartos y campanadas, pero explicar eso es otra historia que exige citar a expertos de distintos campos. De momento, para la tarde de Nochevieja, disfraces, fiesta y todo por Escocia.