La Zamora rural tiene 288 sensores repartidos por sus más de 500 localidades en el contexto del proyecto de territorio inteligente promovido por la Junta. Estos dispositivos sirven para optimizar la gestión digital de los servicios públicos y se integran en una plataforma de software común desde la que las entidades locales pueden ejercer «un control en tiempo real» de lo que ocurre.
En toda la comunidad, estos sensores se utilizan para trece tipos de servicios diferentes, aunque el grueso de la actividad se centra en la gestión de residuos, en los edificios públicos, en el patrimonio cultural, en la gestión de la calidad del agua o en los aparcamientos.
También se encuentran integrados para detectar la calidad del aire (interiores, exteriores), el nivel de llenado de depósitos de salmuera y silos de sal, la detección de heladas en carreteras, riego, alumbrado, piscinas, turbidez en estaciones potabilizadoras, demanda química de oxígeno (DQO) en estaciones depuradoras, caudal del río o incendios.
Datos por provincias
Si se atiende a los instalados por provincias, Valladolid es la primera con un total de 822, seguida por León (699), Ávila (348), Zamora (288), Soria (235), Salamanca (202), Segovia (182), Palencia (81) y Burgos (42).
El proyecto se basa en dos elementos fundamentales. En primer lugar, los sensores, que han sido adquiridos por los ayuntamientos, diputaciones o la propia Junta de Castilla y León, y envían información a la plataforma. A partir de ahí, la herramienta informática, puesta en marcha y mantenida desde la Consejería de Movilidad y Transformación Digital, permite visualizar la información recogida en tiempo real, consultar históricos, extraer datos y generar alertas que notifiquen niveles fuera del rango establecido para cada uno de los parámetros.
La Junta considera que este tipo de actuaciones favorecen una gestión eficiente del servicio, reducen desplazamientos con su consecuente ahorro tanto en coste como en tiempos de realización del servicio, permiten detectar puntos de mejora en la gestión e, incluso, puntos de fallo que puedan estar produciendo un sobrecoste del servicio.