Nos encontramos en los estertores del año en curso, un 2023 que en la vida local, al igual que en el resto de los municipios del país, se ha visto marcado por la recomposición del Pleno municipal, fruto de las elecciones del pasado mes de mayo, que no por ello ha supuesto una paralización de las numerosas obras que han seguido su curso. Planes de accesibilidad en ejecución, de mejora en los caminos municipales, de asfaltado, renovación de las luminarias, reconversión de espacios caóticos a zonas peatonales, recuperación de fuentes ornamentales… se suman como ejemplos a la larga lista de inversiones que se han visto consolidadas a lo largo y ancho de las calles de nuestra ciudad.
La institución municipal, en estos sus dos últimos mandatos, ha pasado de ver cómo sus estanterías se encontraban hueras de ideas para materializarse en proyectos a encontrarse en una situación de planificación racional y priorización debido a la abundancia de éstos, gracias a una buena gestión de los recursos económicos que nos ha permitido mejorar los servicios -a través de la renovación de los principales contratos de servicios y el aumento de su cuantía monetaria- e invertir en modernizar tanto las infraestructuras como numerosos espacios de las vías públicas.
Como ejemplo, sólo en los últimos tres meses se han dado a conocer tres nuevos proyectos de movilidad en distintas zonas de la ciudad: la transformación en plataforma única de la bajada de San Pablo en su conexión con la glorieta de la Ciudad Deportiva -próxima a su adjudicación-, la peatonalización de la Plaza de Ángel Bariego -ya adjudicada- o la plataforma única en la calle de Martínez Villergas -ya ejecutada-; obras necesarias que reconvierten los espacios para darle prioridad al peatón sobre el tráfico rodado.
A esto hay que sumarle los «grandes proyectos» que actualmente se encuentran en ejecución: la adecuación de los espacios del Banco de España para albergar el cuartel de nuestra Policía Municipal y Archivo, las tan sumamente necesarias obras de renovación del Puente de Piedra -pavimento, pretil e iluminación-, el Museo Pedagógico en los jardines del Castillo u otras obras de gran calado en colaboración con otras administraciones públicas, como el Centro Cívico -el cual albergará numerosos espacios para la actividad asociacional así como la biblioteca pública municipal- o el nuevo conservatorio, esta íntegramente financiada por la Junta.
El próximo año arrancará como finaliza el presente: con decenas de proyectos de mejora en la ciudad impulsados por la inversión pública. Especialmente relevantes son los relacionados con la movilidad, ya que vienen para transformar el paradigma circulatorio en nuestras calles: más espacio para el peatón, espacios de estacionamiento muy concretos y estratégicamente planificados para los coches. Ejemplos de esta afirmación lo son la recientemente inaugurada plaza de la Puebla de Sanabria, la cual ha quedado configurada como una auténtica plaza en la que ha florecido la vida social y comercial y ha desaparecido el rugir de motores y su aparejada contaminación -del caos circulatorio a niños jugando, ciudadanos comprando, y terrazas llenas en verano-, o el proyecto de aparcamiento gratuito disuasorio a ejecutar en la trasera de La Vaguada.
Este merece especial atención, ya que viene para resolver el histórico problema de estacionamiento en Los Almendros y en la Calle Villalpando en general -la estampa habitual son los coches en doble fila, acompañados a golpe de claxon enfurecido y de tensión-, para prestar servicio a las instalaciones públicas del entorno -colegio, instituto y piscina municipal- y para solventar la desconexión urbanística en el propio entorno de los bloques de La Vaguada, ya que dicha zona -antaño de uso comunitario antes de su recalificación en el pelotazo urbanístico- hubo de configurarse correctamente en su momento para darle continuidad a los viales que circundan los bloques, y no para que estos murieran en ninguna parte, como actualmente sucede. Además, este proyecto dotará a dicho espacio yermo de una acera de siete metros de longitud, con mobiliario, nuevas luminarias y vallado de protección, una dotación hasta ahora inexistente que mejorará la estancia de las escasas decenas de ciudadanos que hasta ahora paseaban por el entorno, y que seguramente aumentarán en base a las citadas mejoras en dicho espacio público, de todos y para todos.
Pero más allá de esta más que necesaria concreción, verán la luz nuevos proyectos de mejora en la movilidad de distintas plazas en nuestros barrios, nuevos centros gozarán de entornos escolares seguros, se renovará el pavimento en decenas de calles y avenidas, parques hasta ahora anticuados vivirán una transformación gracias a la aportación de los escolares en talleres ya realizados, nuevas zonas estanciales ajardinadas verán la luz para sustituir a espacios hasta ahora inutilizados -o mal utilizados como aparcaderos de coches-, se continuarán recuperando fuentes ornamentales otrora pésimamente ejecutadas para el deleite de vecinos y visitantes, las plataformas únicas se verán multiplicadas… Y un largo etcétera en materia de movilidad que se verá acompañado por el inicio de los «grandes proyectos» restantes, como el Mercado de Abastos, el nuevo parque de Bomberos, el Museo de Baltasar Lobo o el aparcamiento subterráneo de La Horta.
No puedo ni debo olvidarme, además, de la fuerte inversión comprometida por parte del Ministerio de Transportes en sus travesías -en un futuro cercano municipales-, que transformará el paisaje urbano de estas para adecuarlo a los nuevos parámetros de la movilidad sostenible. Recordar que se trata de las avenidas de Cardenal Cisneros, de Galicia, de Requejo y de la Feria, las cuales verán reducida la amplitud de sus carriles, incorporarán las pertinentes glorietas, renovarán su pavimento, iluminación y mobiliario, e incluirán nuevo arbolado y ciclovías, así como el transversal carril-bici en acera que comunicará la glorieta del Sancho con el parque de León Felipe, empalmando con el recientemente ejecutado en la calle Ferrocarril al que deberemos darle continuidad para conectarlo con Valorio así como con el ya existente en el Puente de los Poetas, la zona baja de San Isidro y con la ribera del Duero.
Hasta el 2024, felices fiestas a todos, y sigamos trabajando.