Bermillo de Alba va para un mes sin teléfono fijo y sin cobertura de móvil en amplias zonas del pueblo. De hecho, solo hay cobertura en un par de zonas altas y en las afueras. La solución prometida por Fibritel, que habría línea antes de Nochebuena, no se ha cumplido. A la vista está, porque esta noche, víspera de Navidad, los habitantes de Bermillo de Alba no podrán hablar por teléfono ni conectarse de manera alguna con sus seres queridos. Ni con nadie, ni siquiera en casos de necesidad.
Las obras «generales» de conexión del pueblo a la red de fibra óptica están terminadas, asegura el alcalde Fonfría (ayuntamiento al que pertenece Bermillo De Alba). Sergio López, con todo, apostilla que eso no significa que en el pueblo ya haya teléfono en las casas. «Aunque la fibra esté ya a las puertas del pueblo, aún no está en las casas». En principio, las obras de conexión de las viviendas se llevarán a cabo a principios de la semana que viene, y será entonces cuando los vecinos (de normal, en invierno son 70, aunque en estas fechas aumenta la cifra) puedan volver a hablar por teléfono desde sus casas. «El Ayuntamiento es el primero que lamenta que la empresa no haya cumplido los plazos», asegura el alcalde de Fonfría.
En Bermillo la sensación es otra. Y es que, hasta que no pasen las fiestas, «esto no se arregla». El 29 de diciembre, si no se soluciona la cuestión antes, hará un mes que se cortó la línea. La solución ofrecida por Cruz Roja es claramente insuficiente, dicen los propios vecinos, que aseguran que el teléfono «lo usamos para hablar con la gente que está fuera del pueblo». Con el walkie-talkie pueden hablar con los vecinos, pero eso es de escasa utilidad.
«Nos obligan a meter Internet»
El común de los vecinos de Bermillo de Alba tenía contratada una tarifa estándar de Telefónica con la que pagaban 24 euros al mes, IVA incluido. Ahora, la otra compañía les ha ofrecido varias alternativas. El satélite se ha descartado por caro y la opción de «Radio», que al fin y al cabo no es más que una línea móvil con apariencia de fija, es inviable en el pueblo porque no hay cobertura.
Así que la conexión tiene que ser física, como lo era antes por la línea de cobre. Pero ahora, por la fibra. Y la fibra, ya se sabe, lleva aparejado Internet. Aunque Fibritel ha ofrecido a los vecinos un primer año a diez euros mensuales, la cifra subirá hasta los 29 al mes a partir del mes número 13. Más de lo que pagan ahora. A cambio, claro, en Bermillo habrá Internet. La única pega es que no lo quieren.
No hay datos de la pedanía, pero sí de Fonfría. En el municipio, el 54% de los vecinos tiene más de sesenta años. Uno de cada tres tiene más de setenta y uno de cada cinco, más de ochenta. Personas que no saben manejar Internet y que, en caso de tenerlo, no lo van a usar. Pero ahora no van a tener derecho a contratar solo el teléfono. Las cosas del progreso.
Aquí no se cumple la ley
El artículo 37 de la Ley de Telecomunicaciones, una norma de 2022, no se cumple en Bermillo de Alba. Como tampoco se cumple en San Vicente de la Cabeza, donde el despliegue de la fibra ha dejado sin comunicaciones a los vecinos. La norma establece en ese artículo en concreto la relación de servicios universales, que deben garantizarse para todos los consumidores «con independencia de su ubicación geográfica, en condiciones de neutralidad tecnológica, con una calidad determinada y a un precio asequible».
Estos servicios «básicos», que deberían ser universales, incluyen una conexión de banda ancha de diez megabits por segundo en lo relativo a descargas. Además, la norma incluye un apunte importante: «La conexión subyacente en una ubicación fija podrá limitarse al soporte de los servicios de las comunicaciones vocales, cuando así lo solicite el consumidor». Es decir, que si el consumidor solo quiere un servicio de voz, no se le puede obligar a contratar Internet.