La Guardia Civil ha identificado a los tres presuntos asesinos del hombre portugués que apareció muerto en el entorno del río Tera, al pie del Lago de Sanabria, el 27 de diciembre de 2019. Se trata de tres compatriotas de la víctima, que según la investigación compartían piso con la persona a la que decidieron matar para robarle la pensión. La Benemérita ha presentado este jueves las principales conclusiones del caso, pendiente aún de resolución judicial, pero que ya se encuentra en su recta final, con los detenidos en prisión. Las pesquisas se han prolongado durante casi cuatro años.
Todo comenzó con el hallazgo del cadáver. El citado 27 de diciembre de 2019, varias personas se encontraron de forma casual con un cuerpo en las inmediaciones del Lago de Sanabria. Concretamente, en la cabecera del río Tera. Se trataba de un varón de edad avanzada, delgado, de mediana estatura y sin ninguna documentación que le pudiera identificar. Lo único que portaba era un paquete de tabaco, nada más.
Ya en las primeras observaciones oculares de la zona, los agentes de la Guardia Civil que intervinieron percibieron signos de «muerte violenta». El hombre, por entonces sin identificar, había fallecido por ahogamiento; más en concreto a causa de una asfixia por sumersión. ¿Pero quién era y por qué había sido asesinado? La respuesta llegó siete meses después, ya bien entrada la pandemia.
El papel del Reino Unido
Ante los pocos datos sobre el fallecido, los agentes zamoranos pidieron ayuda al resto de los cuerpos policiales europeos. La respuesta estaba en el Reino Unido. El ADN del cadáver coincidía con el que apareció en uno de los ficheros policiales de las islas británicas. El muerto era Jaime Gomes, un ciudadano portugués de 70 años que había residido durante un tiempo en Inglaterra.
Ahí apareció el primer hilo del que tirar para los agentes, que iniciaron la operación Crimen del Lago. La Guardia Civil reconstruyó la vida de Gomes, a caballo en los últimos años entre la localidad gallega de Verín y la portuguesa de Chaves. Las restricciones a la movilidad causadas por el COVID y la implicación de un país extranjero ralentizaron la labor, y tampoco ayudó que muchas de las personas que se habían puesto en la diana tuvieran una vida social prácticamente nula.
Aún así, con la colaboración de todas las fuerzas policiales del entorno, y también de otras partes de Portugal como Vidago o Vila Real, la Guardia Civil empezó a estrechar el cerco. Los agentes de Zamora con conocimiento de los idiomas gallego y luso se implicaron especialmente en las indagaciones y pudieron abrir varias vías de investigación.
Las hipótesis iniciales
Esas opciones se centraban principalmente en que el asesinato tuviese que ver con un caso de drogas o que Jaime Gomes hubiese sido un chivo expiatorio. Pero también rondaba el móvil económico. Fue entonces cuando los agentes descubrieron que la víctima cobraba dos pensiones: una del Reino Unido y otra de Portugal. Eran apenas 800 euros al mes, pero suficiente para que le resultara apetecible a alguna gente de su entorno.
El círculo se cerró aún más, La víctima, conocida como «Yeimi» en la zona de Verín y de Chaves, vivía entre las dos localidades con otras tres personas: dos de ellas de su misma edad, unos 70 años, y otra más joven, de 49. La hipótesis de la investigación es que sus compañeros de piso se habrían quedado, en total, con 35.000 euros acumulados de las pensiones de Jaime Gomes tras acabar con su vida.
¿Pero por qué en Sanabria? La víctima fue vista por última vez en una fiesta celebrada en Verín el 21 de diciembre de 2019. La hipótesis que defienden los investigadores es que sus presuntos asesinos condujeron a «Yeimi» hasta una zona donde nadie le conocía ni podía sospechar, y le ahogaron en el río Tera. Después, regresaron con el coche a su zona habitual.
Ya en prisión
Los tres se encuentran ahora en prisión, tras las detenciones efectuadas a finales de este verano. Dos de ellos ingresaron en cárceles españolas y el otro ya se encontraba privado de libertad en Portugal por un caso ajeno a este. Recientemente, ha sido extraditado para prestar declaración.
A la espera del juicio, el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco; el teniente coronel Jefe de la Comandancia, Héctor David Pulido; el jefe de operaciones, Jesús González; el responsable de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, Eduardo Vicente; y el teniente Carlos Val han presentado este jueves todas las conclusiones del caso y han elogiado y agradecido la cooperación internacional en un caso «muy complejo» que han dado por resuelto. «Yeimi» murió, presuntamente, a manos de las personas que dormían en la otra habitación.