Los apicultores temen que la avispa asiática pueda demoler sus proyectos: «Ya la tenemos prácticamente aquí, aunque todavía no se vean los efectos, pero en dos o tres años vamos a sufrir consecuencias terribles», advierte el responsable de Miel Prado Concejo, Christian Mannu, que subraya que ya se ha hallado esta especie dañina en algunos puntos de Aliste y del Valle del Tera durante este verano, lo cual funciona como prueba de que su población «se está extendiendo».
Para Mannu, cuando la avispa asiática, conocida también como «velutina», empiece a coger más fuerza, los apicultores van a tener que «trabajar el triple para salvar las colmenas». Esa labor extra deberá consistir en usar armas y trampeos y en estar encima del colmenar «constantemente», sobre todo en agosto, septiembre y octubre, «que es cuando hay que cosechar la miel».
Este apicultor de Fonfría sostiene que, a la amenaza de la avispa, hay que sumar también la del cambio climático, que impide «garantizar las producciones». «Este año no tengo nada de polen», apunta Mannu, que aun así se muestra dispuesto a seguir adelante en el contexto de un sector también golpeado por lo que algunos profesionales denuncian como competencia desleal de otros países a causa de un etiquetado que debería ser más riguroso.
Presencia en el mercado navideño
Con todo, Mannu mantiene su proyecto de «miel ecológica» de encina, castaño, brezo y roble. Con ese producto está dispuesto a pasar frío en uno de los puestos del mercado navideño que se ha instalado en la plaza de la Constitución de Zamora capital. «Desde que arrancamos ha habido poca temperatura, pero bastante afluencia», afirma el apicultor, consciente del movimiento que se genera en este lugar, sobre todo durante los fines de semana o los festivos.
En las mieles que muestra Mannu se percibe también cómo ha ido la cosecha del último año, que resulta variable en función de la tipología: «Nosotros, en la apicultura, recogemos lo que llueve», advierte el productor. En esta ocasión, la de encina y castaño han ido mejor que la de roble.
En general, más allá del puesto de miel, la ubicación del mercado navideño permitió una importante presencia de zamoranos y turistas durante todo el sábado. Los pequeños negocios como este se combinan con actividades para niños, puestos de comida y otros entretenimientos que complementan al programa público y privado que se desarrollará de aquí hasta el final de las vacaciones escolares, tras el día de Reyes.