El Tribunal estima que no hubo error en la estimación de las pruebas y mantiene la pena de nueve años y cuatro meses de prisión | Los hechos ocurrieron en 2021 y la víctima pudo escapar, totalmente ensangrentada, mientras su agresor limpiaba los rastros que había dejado en el portal
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha rechazado el recurso de apelación de un hombre zamorano condenado a nueve años y cuatro meses de cárcel por dos delitos de violencia física en el ámbito familiar y por un homicidio en grado de tentativa. Los jueces han estimado que no existe error en la apreciación de las pruebas ni vulneración alguna del principio «in dubio pro reo».
De este modo, se mantienen las penas recogidas en la sentencia dictada en junio por la Audiencia Provincial de Zamora, que se basó en las pruebas de cargo y que consideró «verosímil» la declaración de la víctima. También influyeron la versión ofrecida por unas vecinas, el informe del médico y la confesión que realizó el condenado en el momento de los hechos.
Los hechos probados
Según refleja la citada resolución del TSJCyL, los hechos sucedieron en una vivienda de Zamora el 29 de septiembre de 2021, pero ya se habían producido otras agresiones a la víctima tanto en 2020 como en el mismo año del ataque que motivó esta causa. La mujer y su atacante eran pareja, «discutían con frecuencia» y él le había propinado previamente empujones y la había agarrado por el cuello.
Con estos precedentes, el citado 29 de septiembre de 2021, el ahora condenado llegó a la casa que compartían «tras tomar unas cervezas» e inició una discusión relacionada con el hecho de no haber cenado juntos. A los gritos se sumaron pronto los golpes, según la sentencia, que habla de puñetazos en la cabeza y tirones de pelo mientras el agresor animaba a su víctima a llamar a la Policía mientras la mataba.
A continuación, el hombre acudió a la cocina en busca de un cuchillo, unos segundos que la mujer aprovechó para huir hacia el portal. Fue allí donde su verdugo la interceptó y le propinó una patada en la cabeza que «casi le hace perder el conocimiento», según la sentencia. A ese puntapié le siguieron más golpes y pisotones que provocaron que la víctima «sangrara de forma abundante».
La forma de escapar
En esa tesitura, y ante la imposibilidad de que ella caminara por su propio pie, el agresor la arrastró del pelo hasta el ascensor y continuó golpeándola en casa hasta que, en un momento determinado, decidió bajar al portal para limpiar los restos de sangre.
Fue entonces cuando ella pudo salir del domicilio y huir hacia arriba en busca de dos vecinas que pudieron socorrerla antes de avisar a la Policía. El testimonio de ambas fue clave en una condena que incluye también una indemnización a la víctima y 10 años de libertad vigilada tras la salida de prisión del reo, que no podrá residir durante ese periodo ni en Zamora capital ni en la provincia.