La expansión de los macroparques de energías limpias no solo genera tensiones entre los vecinos de los pueblos, sino que también provoca cismas dentro del activismo verde. La asociación Ecologistas en Acción Zamora anunció este jueves su intención de abandonar la organización nacional por «discrepancias sobre la expansión de las renovables» y confirmó que la agrupación gallega, que engloba a 20 grupos comarcales, ha tomado la misma decisión.
En una nota remitida a los medios, el colectivo zamorano apuntó que «el rumbo de Ecologistas en Acción España deja fuera de juego al activismo ecologista de base, que en estos momentos se reivindica como imprescindible frente al nuevo colonialismo energético que sufren extensas áreas del territorio nacional, y en concreto Zamora y Galicia».
En lo relativo a estas dos asociaciones, «las diferencias de fondo de carácter estratégico se han hecho evidentes en el último año, con posicionamientos radicalmente distintos en cuanto a la expansión de las macrorenovables«, lo que las ha empujado a iniciar un camino independiente. Los activistas zamoranos entienden que «una expansión precipitada y sin apenas límites podría suponer un daño irreparable para la biodiversidad, los paisajes, la economía tradicional rural y los valores socioculturales».
«Fuertes discrepancias»
«Tanto para Ecoloxistas en Acción Galiza como para Ecologistas en Acción de Zamora es urgente situarse al lado de las plataformas territoriales y asumir los retos que solicita la sociedad civil en cuanto a participación ciudadana y pública», apuntaron desde la provincia. antes de remarcar que el colectivo vecino ha logrado la desestimación de nueve parques eólicos, mientras que en la provincia «los recursos está dando buenos resultados». Sin embargo, todo este trabajo «se ha llevado a cabo sin el apoyo confederal de Ecologistas en Acción y en algunos casos con fuertes discrepancias».
De este modo, en Zamora, «dado que en la Federación de Castilla y León ha rondado de forma permanente la idea de que este grupo sea expulsado, aun sin la existencia de una razón expresada con claridad, se ha decidido seguir el mismo camino que Galicia» y dejar la organización, aunque con una sensación amarga: «En el fondo de la cuestión late la impresión de que no nos vamos, nos echan, y de que más pronto que tarde las incompatibilidades y falta de comprensión de las diferencias se convertirían en insostenibles», aseguraron.
«No se debe permitir la actuación con brocha gorda sobre los territorios rurales para, en muchos casos, borrarlos del mapa»
Tanto para Zamora como Galicia, resulta «necesaria» una refundación del activismo ecologista, «alejado de toda tentación que nazca del capitalismo verde, ya sea a través de fundaciones o simplemente mediante la aceptación de una transición que siembra muchas dudas, tanto desde el punto de vista medioambiental como socioeconómico».
«Es preciso, a su vez, aceptar que la idea de un continuo crecimiento nos lleva al colapso, y que de este crecimiento participan, también, las grandes empresas vinculadas a lo renovable. Es prioritario, también, redefinir la lucha, apuntando hacia el origen sistémico del caos climático que estamos viviendo, es decir: el consumismo capitalista», argumentaron.
Para los activistas de la provincia, «no se debe permitir la actuación con brocha gorda sobre los territorios rurales para, en muchos casos, borrarlos del mapa». «Convertir extensas áreas en zonas de sacrificio no debe, ni puede, ser la solución. En este orden de cosas, Ecologistas en Acción de Zamora y Ecoloxistas en Acción Galiza se van, pero no abandonan su resistencia; es más, asumen esta nueva etapa con ilusión y esperan encontrar nuevas alianzas en ella», concluyeron.