Los años pasan volando y los mandatos también. El ejercicio 2026 será el último completo antes del 2027 electoral para los políticos locales, así que no hay tiempo que perder para ir dejando cosas resueltas. Javier Faúndez (1965) lo repite mucho desde su primer día como presidente de la Diputación: «Tengo cuatro años asegurados». Y ya solo queda uno y medio. Así que, antes de la incertidumbre, la faena. En esta entrevista, el dirigente alistano habla de su gestión y de los temas que afectan a la provincia en la que ejerce.
– Como 2022, el año 2025 ha vuelto a estar marcado por los incendios en Zamora. Poco tiempo después de los fuegos, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, dijo que las diputaciones iban a estar más implicadas en la prevención y extinción de incendios. ¿Cómo se ha concretado esa idea desde entonces?
– En primer lugar, las diputaciones tienen que estar, como otras administraciones, al servicio de esos pequeños ayuntamientos que tenemos en la provincia. A raíz de los incendios se tomaron unas decisiones, muchas de ellas con recorrido económico, en las que hemos colaborado con la Junta de Castilla y León. También otras que hemos hecho directamente con los recursos de esta institución. La primera de ellas era comprometernos a que todos los ayuntamientos de la provincia tuviesen un plan de prevención de incendios, pero muchos carecen de los medios suficientes para poder abordar ese tipo de proyectos. Por eso, hemos decidido contratar a once personas que ya están haciendo ese trabajo de campo. Además, le planteamos al delegado territorial que era importante que colaborasen los agentes medioambientales para darnos orientación. Ya de cara a final de año, vamos a dejar cerrada una encomienda de gestión con la Junta en base a la cual vamos a poner tres millones de euros para desbrozar los perímetros y fincas dentro de las poblaciones con la filosofía que nos han marcado. Puede haber un incendio forestal, que los ha habido siempre, pero no podemos permitirnos que ponga en peligro una población.
– Usted estaba allí cuando tuvieron lugar los incendios. Seguro que ha escuchado muchos comentarios de la gente sobre la gestión de los fuegos. Basándose en esa experiencia y en su bagaje institucional, ¿qué falla para que no se llegue, o qué se puede mejorar?
– En los incendios, algo que se puede mejorar son las comunicaciones internas y la coordinación entre diferentes operativos. La verdad es que son momentos en los que es muy difícil trabajar. Además, este año hemos vivido esos incendios replicados en buena parte del territorio nacional y en buena parte de los municipios de esta provincia, por lo que es muy complicado funcionar en ese tipo de escenarios. Ya tuvimos una jornada de coordinación en la base de Vivinera para mejorar esas labores. Yo siempre he dicho que los operativos son cada vez mejores, pero el problema viene cuando tienes unos condicionantes de temperatura, de humedad y, sobre todo, de viento que están por encima de los niveles normales. También, lógicamente, hay más carga de combustible en los montes porque hay un abandono de parte de esas tierras de cultivo.

– Del fuego a los bomberos. No habrá disolución del consorcio provincial. ¿Se ha sentido traicionado?
– Más bien, un tanto defraudado de que dentro del colectivo no se pongan de acuerdo porque cada uno va mirando esos intereses individuales y particulares. Nosotros hemos hecho un esfuerzo tremendo. Yo le he exigido a mi gente un compromiso muy importante para poder llegar a estas fechas en el escenario que queríamos llegar y, al final, hemos modernizado todos los parques. Hemos abierto el de Zamora, tenemos adjudicado el de Toro, tenemos presupuesto para el de Requejo… También hemos invertido más de ocho millones y medio de euros en compra de vehículos y de equipamientos, los servicios de bomberos cada vez están mejor y no tenemos esa contestación social que teníamos. A partir de ahí, si no puede ser que quieran dar el paso a la Diputación, estaremos en el consorcio, que es perfectamente válido.
– Este año, Sanabria ha sufrido los incendios y también el recorte en los trenes. ¿Siente, como ha expresado parte de la población, que todo forma parte del mismo abandono?
– Lo de los trenes ha sido algo muy curioso porque, cuando tú tienes un servicio y de la noche a la mañana vienen y te lo quitan, te quedas bastante perplejo. Cuando se hicieron estas líneas por Zamora, a muchos ayuntamientos y particulares se les expropiaron terrenos por interés social y utilidad pública. Ahora, se ha hecho una gestión de esto entre mala y pésima. El ministro ha creado un problema donde no lo había. A mí nadie me puede decir que sea mejor que sacrifiques el paso por una comarca entera para llegar cinco o diez minutos antes desde Vigo o Coruña a Madrid. La sociedad zamorana se ha unido en esto, ha hecho una piña y nosotros como institución hemos sido de los primeros que hemos estado ahí. No nos vamos a retirar hasta que este tema quede resuelto, bien con este Gobierno o bien con otro.
– Parte de la respuesta se organizó en torno a la Mesa del Tren del Ayuntamiento. Luego hubo una reunión institucional en la Diputación y, en las últimas semanas se ha vuelto a reunir la Mesa del Tren. ¿Cuál es la herramienta ideal para encauzar todas estas reivindicaciones?
– Nosotros hicimos aquí una reunión institucional porque nos parecía correcto por la gravedad de lo que estaba pasando. También tuvimos una entrevista con el director de Renfe en Madrid. Por cierto, una entrevista que quedará en los anales de la historia no digo como una encerrona, pero sí como una reunión cargada de muy mala intención, con esa famosa nota de prensa que se difundió antes de sentarnos. También como Partido Popular hemos hecho un seguimiento con nuestros parlamentarios nacionales pidiendo el expediente que justifique por qué se suprimieron esas paradas, y se han hecho esas negociaciones con la Junta de Castilla y León para una herramienta no tan eficaz, pero que sí se ha puesto ahí, que es ese autobús de ida y vuelta. En definitiva, es todo lo que podemos hacer. Seguimos insistiendo y no vamos a desistir.
– ¿Cree que la Mesa del Tren sirve?
– Todo sirve para algo siempre y cuando en ello haya buena voluntad.
– Más allá del tema ferroviario, y hablando de infraestructuras que no son competencia de la Diputación, pero que afectan al desarrollo de sus pueblos, ni la A-11 ni la carretera Bragança-Puebla terminan de salir adelante. ¿Cómo se le explica a la gente que se hable tanto de estos proyectos y que nunca acaben de concretarse?
– En ocasiones, hay cosas que son difíciles de explicar. Ahora mismo, se está construyendo en San Martín del Pedroso un tramo de un kilómetro y medio de la A-11: bienvenido sea. Se ha hecho para que no caducase una declaración de impacto ambiental y me parece correcto. Esta mañana nos hemos desayunado con las expropiaciones de la variante de Alcañices, pero ya habíamos denunciado que se ha cambiado el proyecto. Una variante que estaba diseñada para ser una autovía va a ser una primera calzada. Es decir, una carretera. Nos ha parecido una falta de respeto importante que se cambie un proyecto sin hablar con los afectados, sin hablar sobre todo con los alcaldes de la propia provincia. Yo pienso que ahora mismo es un claro retroceso hacer la circunvalación de Alcañices como primera calzada. Hemos hecho también preguntas parlamentarias desde el PP y el Ministerio responde que si algún día hubiese un incremento del tráfico se podría desdoblar en autovía. Aquí hay una cosa muy sencilla: lo poco que hagas, hazlo en autovía. Y la carretera que va de Puebla de Sanabria a Rihonor está metida en el Plan de la Raya y yo confío plenamente en el presidente de la Junta, porque es un plan que tiene una dotación económica. Tenemos que hacer una carretera digna que una Puebla de Sanabria con Portugal.
– Volviendo a la A-11, usted, como alcalde de Trabazos, advirtió en su día de la posibilidad de rebelarse contra una variante en su localidad para una primera calzada. ¿Qué margen de actuación tiene un municipio para hacer algo así?
– Siempre tienes que escuchar a las personas que viven en cada territorio. Ahora mismo, el Ministerio está hablando de circunvalar Alcañices, que hoy – por el viernes – vienen las expropiaciones. Es una buena noticia. La mala, repito, es hacer la circunvalación de Alcañices con una carretera. Después, se está hablando de la variante de Fonfría y de la variante de Trabazos, donde la carretera ya va por el exterior del pueblo. Allí hay una serie de negocios que generan empleo, que generan riqueza. Si mañana hay que hacer una autovía, yo entiendo que esa carretera quedaría abierta solo de forma circunstancial. Pero para hacer otra carretera, déjame la que tienes. No me expropies, no me crees un problema de empleo, no me crees un problema dentro del propio Ayuntamiento para hacer algo que ya tengo. Porque en Trabazos, repito, la carretera va por fuera, es prácticamente una circunvalación.
– Si se sigue por la carretera hacia delante, se entra enseguida en Portugal. Hace poco, una ciudad cercana como Bragança, cambió de dirigente en la Cámara Municipal. ¿Cómo son las relaciones y qué pasos se pueden dar para profundizar en la cooperación transfronteriza?
– Nosotros tenemos la cooperación transfronteriza prácticamente vinculada a la Fundación Rei Afonso Henriques. José Luis González Prada es el encargado de mantener esas magníficas relaciones con Portugal. En el caso de Bragança, ya he coincidido con la nueva presidenta de la Cámara y el trato es muy bueno.

– Portugal y buena parte de la zona fronteriza están afectadas por la implantación de las energías renovables. Se habla del hidrógeno verde, de los parques eólicos, de las placas solares y también del biogás. ¿Cómo tiene que afrontar Zamora esta realidad?
– Pues sobre todo con seguridad jurídica. Nosotros hace unos días, en nuestro ayuntamiento, mantuvimos una reunión con la empresa que está haciendo el proyecto para meter ese conducto de hidrógeno que entra por Portugal. Han hecho unas reuniones con los vecinos, también han estado aquí en la Diputación explicándonoslo y nos parece un proyecto correcto. Un proyecto importante que va a traer hidrógeno verde desde Portugal. ¿Ese proyecto tiene algún tipo de connotación negativa? Yo entiendo que no. Después tenemos todas las energías renovables y hay bastantes proyectos en la provincia. Por experiencia, sé que prácticamente el 70% o más se cae por el camino, y ahora tenemos el debate de las plantas de biogás. Yo siempre he dicho que tenemos que dar una oportunidad a todo este tipo de proyectos. Lo que decía, con seguridad jurídica, con seguridad ambiental y después, a partir de ahí, estos proyectos pueden ser buenos para la provincia. Desde un punto de vista medioambiental, cada vez estamos instalando más plantas de potabilización de agua porque buena parte de los purines, de las granjas que ya están, acaban en la tierra y al final en los acuíferos.
– Lo que ocurre es que cuantas más plantas de biogás, más cerdos y más problemas para el agua.
– No, vamos a ver: las plantas de biogás ahora mismo están diseñadas con lo que hay. Y al final, si esto lo grabáis, que lo estáis grabando, dentro de unos años nos daréis la razón. De todos los proyectos, al final el 70% se cae. ¿Quedará alguno? Sí, pero la mayoría se cae.
– ¿Del parque eólico de Aliste tienen alguna noticia?
– Es un proyecto que está en una fase muy incipiente. Se están haciendo mediciones de viento, que eso tardará aproximadamente ocho o nueve meses. Después, si los resultados son buenos, seguirá adelante el proyecto, pero si no sale una subasta a nivel Ministerio se habrá quedado ahí. Ya tuvimos hace unos años también una iniciativa semejante. Yo siempre he dicho que, si esos proyectos son medioambientalmente respetuosos, los vecinos los aceptan y encima traen dinero para los ayuntamientos, bienvenidos sean. Hace unos días estuve en Lubián y ahí se está haciendo una residencia con dinero del Ayuntamiento gracias a esos ingresos extra. Si eso mejora o puede mejorar la calidad de vida de los vecinos sin generar problemas medioambientales u otro tipo de problemas, lo que no puede ser es oponerse por sistema.
– Se habla de cosas tan novedosas como el hidrógeno verde, pero hay pueblos de Aliste sin cobertura móvil o con problemas con la fibra. Usted mismo va a presentar el lunes un plan relacionado con la cobertura televisiva. Da la sensación de que hay servicios básicos que no acaban de llegar del todo.
– En el tema de la conexión a internet se ha hecho un trabajo muy importante. De hecho, en algunas localidades donde antes no teníamos nada ahora tenemos dos opciones. Quedan aún pequeños flecos para terminar y en esos pequeños flecos es donde las administraciones demuestran que están al servicio de las personas. Con la extensión de la banda ancha, se nos decía que querían garantizar la llegada al 95% de la población. Pero claro, quedamos al final la población residual, los pequeños núcleos de población de zonas transfronterizas donde cuesta más llevar ese tipo de servicios. Y en el tema de telefonía, ese es un asunto que tiene que abordar el Gobierno de España con los operadores, pero nosotros le hemos ofrecido ayudas económicas importantes a los ayuntamientos para hacer toda la instalación y ha sido el propio Ministerio el que ha dicho que no. Entonces, quien tiene la competencia, que lo haga.
– En tema de vivienda, se ha anunciado un futuro acuerdo con la Junta. ¿Qué detalles puede dar al respecto?
– En realidad, tenemos tres acuerdos. El primero, el de Rehabitare, que es rehabilitación de vivienda de titularidad municipal para convertirla en vivienda de alquiler social. También tenemos el proyecto de vivienda de protección oficial y después la última, el plan piloto. Prácticamente el protocolo ya está hecho y estamos pendientes de fechas. Se trata de rehabilitación de vivienda de titularidad privada para poder destinarla al alquiler. Aquí vamos a entrar también la Junta de Castilla y León y la propia Diputación. Son tres líneas de trabajo muy intensas y vamos a ver si con esas líneas somos capaces de habilitar vivienda. Si hay vivienda, habrá incremento de población en el medio rural.
– En cuanto a los proyectos dinamizadores, 2026 es año de Fromago, una feria consolidada. ¿La idea es que el PanFest que se programa para 2027 tenga la misma entidad?
– Yo siempre he dicho que Fromago solo tiene un problema potencial: que no respete la climatología, porque es una feria de calle. A partir de ahí, ya es una feria que está consolidada como la primera de queso a nivel nacional, y a nivel internacional tiene un hueco hecho. El PanFest es un proyecto que en su día nos presentó Caja Rural y que nos pareció bien. Tiene dos vertientes: la primera, dinamizar la provincia y la ciudad; y la segunda, poner en valor las magníficas harinas que tenemos aquí, en Zamora, y esa elaboración de pan artesanal.
– Para terminar, una de política. ¿Se ve Javier Faúndez como presidente del Partido Popular de Zamora en 2026?
– Javier Faúndez es una persona que políticamente vive en el día a día. Mi única aspiración es que esta institución funcione bien. Y lógicamente mi ayuntamiento también, que soy alcalde. Se trata de que podamos resolver todos esos problemas que pueda tener la provincia: en carreteras, en puentes, de agua… que seamos una institución cercana. Y yo a día de hoy tengo una magnífica relación con el presidente del Partido Popular, con José María Barrios, y soy el presidente adjunto también, que lo sé desde hace no mucho tiempo. ¿Por qué? Porque estoy a lo que el presidente me pide. Cuando llegue el momento, yo siempre he dicho que si el partido considera que puedo ser útil, ahí estaré. No tengo ningún afán de ser nada. A nivel institución provincial, esta pregunta me la ha hecho algún otro medio de comunicación y siempre he dicho lo mismo: soy funcionario de la Junta, no necesito la política para vivir, me encuentro muy a gusto con el trabajo que estoy haciendo, junto con mi grupo de Gobierno, y por el resto no tengo ninguna preocupación.
