La directiva de Jesús Nazareno someterá a la consideración de los hermanos, en una Asamblea Extraordinaria prevista para el 11 de enero, que la cofradía adopte la igualdad real entre hombres y mujeres en sus dos desfiles procesionales. Se propondrá, así, que las mujeres puedan desfilar, con idéntica túnica y condiciones que los hombres, en la procesión de las cinco de la mañana del Viernes Santo y que los hombres puedan hacer lo propio en la tarde del Sábado Santo acompañando a la Virgen de la Soledad. Los estatutos están ya a disposición de los hermanos y damas en la web de la Cofradía y lo estarán en la sede de la calle de Viriato a fin de que se puedan realizar a ellos las alegaciones correspondientes antes de la asamblea de enero.
Por lo que refiere al Viernes Santo, las mujeres podrán porcesionar con el mismo hábito de laval negro que han portado históricamente los hombres, también con cruz de madera negra al hombro. No habrá diferencias entre ambos géneros. El Sábado Santo las mujeres seguirán llevando la capa negra que han lucido hasta ahora y los hermanos podrán salir en procesión con la túnica de La Mañana, pero sin cruz negra. No se ha establecido de momento qué portarán ellos, porque las damas sí seguirán llevando la tradicional tulipa. Para el Sábado Santo, los hermanos y damas que deseen procesionar deberán avisar a la Cofradía de su intención de hacerlo con antelación suficiente para que la hermandad «pueda suministrar los medios necesarios».
Con la decisión de la directiva de Jesús Nazareno, y a la espera de lo que decidan los hermanos, se habrá completado el viaje de la Semana Santa de Zamora a la igualdad real entre hombres y mujeres. Las féminas ya son habituales en desfiles que tradicionalmente eran solo de hombres, como Jesús en su Tercera Caída o la procesión del Silencio. Hay cofradías en las que, aunque forman parte de las listas de espera, aún no han procesionado, como Las Capas, la Buena Muerte o Jesús Yacente. Aunque la lista de espera ha sido siempre larga en algunas de ellas, hay otras en las que la entrada de nuevos hermanos se detuvo casi en seco a raíz de la inclusión de las mujeres en la lista de espera, lo que no puede entenderse más que como un intento de algunas directivas de alargar en el tiempo la inevitable llegada de la igualdad de género a la Semana Santa de Zamora.
