Zamora pierde población en el último censo. No hay novedad con respecto a los últimos años pero sí algunos brotes verdes para el que sepa buscarlos… y quiera verlos, claro. Porque algunos de los municipios de referencia en las distintas comarcas han logrado revertir la caída demográfica de los últimos tiempos y ganaron población en el año 2024, el ejercicio al que hace referencia el censo publicado esta misma semana por el Instituto Nacional de Estadística. Puebla de Sanabria, Bermillo de Sayago, Alcañices, Corrales, Santibáñez de Vidriales, Trabazos, Fonfría o Mombuey ganan vecinos en el periodo de estudio. De su salud depende buena parte del estado demográfico de las comarcas en las que son referencia, con lo cual no deja de resultar una relativa buena noticia que no todos los pueblos vean como el censo adelgaza año tras año.
De entre todos los municipios cabecera de comarca que salen bien parados a fecha de 1 de enero destaca Villalpando. La localidad de Tierra de Campos vuelve a superar la cifra de los 1.400 habitantes (a inicio del año 2024 bajó de esa cota) y, con 31 habitantes más según el censo, se convierte en el municipio de más de mil habitantes que más crece llegando a registrar 1.427 residentes censados. No es una novedad para el Ayuntamiento, como reconoce el alcalde, Emiliano de la Puente, que atisba que la localidad lleva meses registrando un goteo de personas que se quedan, o que quieren quedarse, a vivir en el pueblo.
Una tendencia, explican desde el Ayuntamiento, que ha motivado que desde el equipo de Gobierno se haya empezado a trabajar para dotar al pueblo de más vivienda para futuros residentes. Una tendencia de la que ya dio cuenta este periódico y que ha motivado que el Ayuntamiento se haya lanzado a la compra de seis inmuebles para convertirlos en vivienda social para futuros moradores y que también ha impulsado que Villalpando haya entrado de cabeza en el programa que el Somacyl y la Diputación de Zamora financian para construir vivienda asequible en los pueblos. Hay parcelas, están ya puestas a disposición, y se trabaja en que haya más para levantar más viviendas. Hay, asegura De la Puente, pactados al menos cuatro nuevos inmuebles, pero la intención del Ayuntamiento es que en la primera fase se puedan construir hasta siete.
El Ayuntamiento de Villalpando forma parte del programa «Mi pueblo acoge» firmado también entre la Diputación de Zamora y la Fundación Talento 58 para que familias que buscan casa y trabajo se establezcan en Zamora, trabajen en los pueblos y vivan en ellos contribuyendo a paliar el declive demográfico general de las zonas rurales. Los resultados, aseguran desde el equipo de Gobierno, están siendo buenos y ya son varias familias las que han llegado en los últimos meses a Villalpando como parte de este programa. La mayoría procedentes de otros puntos del país a los que llegaron, a su vez, desde América Latina. La sensación general es que, de haber más vivienda en el pueblo, seguramente serían más las familias que ya se habrían establecido en esta localidad de la Tierra de Campos.

Una de las familias que ha llegado a Villalpando es la de Pedro Salvador Sánchez, que aterrizó aquí en septiembre del año pasado y que poco a poco va estableciéndose en la localidad. Proceden de Venezuela, aunque antes de arribar a España pasaron seis años en Ecuador, donde Pedro pasó una temporada trabajando en la hostelería. Su primera experiencia en España fue en Tarragona, provincia que la familia escogió por recomendación de un amigo que estaba ya ahí y por la cercanía con algún familiar que vivía en Valencia. Tras pasar una temporada viviendo en Gandía, donde «la cosa no se estaba dando» recibieron la llamada de la Fundación Talento 58 preguntando por si querían mudarse a Zamora, y la respuesta fue que sí.
Sánchez es el encargado ahora del Bar Abeto Rojo, a pocos metros de la Plaza Mayor, negocio que regenta desde que dejó el trabajo en la residencia de ancianos del pueblo, donde empezó a ocuparse cuando la familia llegó a Villalpando. Comenzó con el bar «después de Semana Santa» y tras un verano «bueno» está comprobando ahora lo que es el invierno en muchos pueblos, «más flojo». La esperanza es que las fiestas de la Inmaculada y la Navidad impulsen el negocio, algo que a buen seguro sucederá. La familia está «bien establecida» y «muy conforme» en el pueblo. La pareja, de hecho, tuvo su primer hijo en común en verano del año pasado, censado ya en Villalpando.
«El Ayuntamiento nos consiguió vivienda y trabajo, sin eso no hubiéramos podido venir», celebra Sánchez desde detrás de la barra, en un respiro que da la mañana del miércoles, antes de empezar a dar las comidas del mediodía. «Ha venido más gente en los últimos meses», asegura, «y podría venir más si hubiera dónde quedarse». En eso trabaja Villalpando, convencido de aprovechar una pequeña ola demográfica que es mucho para cualquier pueblo de la provincia. «La solución para dejar de perder población es que el que quiera quedarse, pueda quedarse», razonan desde el Ayuntamiento. Parece fácil, pero no lo es tanto.
