Los vinos de la Sierra de la Culebra siguen con su camino a la Denominación de Origen. La senda es larga, pero los avances continuan: «Es algo que todavía tenemos lejos, no aguantéis la respiración», ha bromeado este lunes, en el acto celebrado con el producto en La Fábrica de la Luz de Zamora capital, el responsable de la asociación que impulsa la marca, Rubén Gago.
El momento ahora pide el avance de la tramitación administrativa, una vez los estudios técnicos van a finalizar de forma inminente. De ahí, la documentación pasará a la Junta, luego al Ministerio y después a Bruselas: «No sabemos si se demorará dos, tres, cuatro o cinco años», ha admitido Gago, que ha recordado que la finalidad es contar con un sello que sirva para «potenciar el desarrollo de la zona».
De la mano de la DO vendrían «más viñedos, más bodegas, más ventas y un recurso al que se le puede sacar un rendimiento económico», según Gago, que ha subrayado que los vinos de esta zona se producen en terrenos ubicados a 850 o 900 metros de altura, que son «frescos y ligeros» y que este año, además, han venido altos en abundancia y finura. Lo que se dice una buena cosecha.
En el acto celebrado en la ciudad, ha participado también el presidente de la Diputación, Javier Faúndez, que ha destacado el apoyo de la institución a los trabajos y que ha recordado que los vinos de la Sierra de la Culebra «son fundamentalmente de cepas viejas, ubicados en viñedos que estaban condenados a desaparecer y que, ahora, gracias a estos emprendedores, van a tener un recorrido».
«Son vinos completamente diferentes, vinos que se producen en un entorno muy singular, que es el de la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica y es un proyecto en el que pensábamos que, como institución, teníamos que estar», ha remachado Faúndez.
