La soledad no deseada es un problema creciente, cada más más estudiado y que demanda intervenciones certeras. Además, por el segmento de población al que afecta, tiene un hueco relevante dentro de citas que buscan ofrecer soluciones para la gente mayor, como el congreso sobre silver economy que se está celebrando estos días en Zamora. Allí, en la sesión del jueves por la tarde, personas como Pilar Rodríguez, del Grupo Asociación, Bienestar y Desarrolllo (ABD), trataron de arrojar luz sobre este asunto con estudios recientemente elaborados o con el análisis de medidas ya implementadas.
Entre otras cosas, Rodríguez presentó una evaluación realizada con herramientas de Big Data en la que ABD consiguió extraer varias conclusiones. La primera de ellas, que hay más de medio millón de mujeres mayores de 75 años en España que pueden sufrir soledad no deseada; la segunda, que Zamora, junto a Salamanca, aparece entre las provincias con mayor riesgo. Y no se trata de un análisis genérico. El mapeo llevado a cabo baja al detalle municipal.
En ese estudio, ABD constató que el envejecimiento y la dispersión de la población zamorana ejercen como factores agravantes para los problemas de soledad no deseada, un concepto que no deja de ser «subjetivo» y que «afecta de una forma diferente a cada persona». «Hace falta intervención preventiva, riesgo y cambio. Y eso no lo van a hacer las nuevas tecnologías. Tenemos grandes retos y los tenemos que afrontar las personas», aseveró Rodríguez.
Ocurre en Zamora y en territorios despoblados y, en general, en toda la Unión Europea: «La transformación social más importante del siglo XXI es el envejecimiento», consideró Rodríguez, que recalcó que esta circunstancia afecta a todo y que insistió en que, dentro de la soledad no deseada, hay un patrón que conviene atender: mujer de entre 80 y 84 años, viuda, que vive sola y que no tiene personas a su cargo.
Además, Rodríguez abordó una realidad que ABD tiene muy en cuenta a la hora de desarrollar sus programas. «Uno de los determinantes es la brecha digital. Hay un segmento de la población que jamás utilizará la tecnología», constató la experta, que habló del desconocimiento total de los smartphones, de la navegación por Internet o del uso de herramientas concretas como la app del sistema sanitario: Sacyl Conecta, en el caso de Castilla y León.
El plan de ABD
En el caso de ABD, el grupo optó por desarrollar un plan adaptado a ese escenario. Lo hizo merced a los fondos europeos y con un dispositivo llamado Atenea que no demanda ni conexión a Internet ni menús. Solo funciona por voz: «Es muy importante crear estas cosas junto a las personas que lo van a utilizar», apuntó Rodríguez, que aclaró que el piloto de este programa se implementó en la provincia de Lleida «con un éxito de impacto importante».
La segunda fase está ahora en marcha con un reloj digital vinculado a ese mismo proyecto que aspira a ir ofreciendo soluciones, aunque sea a pequeña escala. En todo caso, Rodríguez lo tiene claro: «Es necesaria una estrategia estatal que se aplique. Estamos llegando tarde y hay una parte de la población excluida de la sociedad», lamentó la representante de ABD, que reclamó lo que siempre hace falta para que los servicios funcionen: inversión económica.
