La Junta de Castilla y León recomienda a todos los ayuntamientos de la zona de Sanabria afectada por el incendio del mes de agosto que limpien los depósitos de agua de los que se nutren las viviendas «por la suciedad que pueda haber quedado acumulada» después de que durante los últimos días se hayan producido lluvias en la zona. Con todo, ha apuntado Fernando Prada, a día de hoy la situación en los pueblos es de relativa normalidad salvo en Vigo de Sanabria, donde el agua todavía no es apta para el consumo.
El servicio de agua potable en la zona, ha subrayado el delegado regional, «preocupa» a los servicios sanitarios y que se están llevando a cabo, de forma continua, pruebas en la zona. «Estamos en contacto con los alcaldes, porque los vecinos son los primeros en detectar» las posibles anomalías, ha subrayado Prada, que también ha puesto en valor el trabajo de la depuradora instalada hace unos meses para que las cenizas no hayan llegado al suministro en Castellanos o Puebla de Sanabria.
Tampoco se han observado, han indicado las mismas fuentes, más allá del «arrastre de cenizas, que no puede parar», indicios de contaminación del agua en el Lago de Sanabria, que también se está sometiendo a análisis en las últimas semanas. «Tenemos que lanzar el mensaje positivo de que todas las captaciones están controladas y que se vigila para evitar anomalías», ha apostillado Prada.
Por lo demás, el delegado ha evitado posicionarse sobre el resultado del lanzamiento de paja desde los helicópteros que se llevó a cabo hace unos días en la zona, una operación que estuvo coordinada e impulsada por la Confederación Hidrográfica del Duero. En teoría, la paja lanzada desde el aire contribuiría a fijar las cenizas al terreno para que no llegaran a los arroyos. Sin embargo, partidos como Ahora Decide han tildado la actuación de «despilfarro» porque se habría hecho «tarde» y «mal», lanzando la paja en días de mucho viento, lo que minimizó el impacto de esta técnica. Prada se ha limitado a asegurar que la CHD aseguró en su día que esta técnica tenía una «solvencia demostrada» para fijar la ceniza al terreno o que, según el criterio de los técnicos, su aplicación era recomendable.
