El Boletín Oficial de Castilla y León publica este lunes una nueva autorización, la enésima en los últimos meses, para abrir una nueva granja de cerdos de importantes dimensiones en la provincia de Zamora. En este caso, en el término municipal de San Cebrián de Castro, donde una empresa radicada en la provincia de Zamora ha conseguido permiso para instalar una ganadería porcina con capacidad para 3.100 cerdas con lechones hasta destete (de 0 a 6 kilos de peso), con 620 cerdas de reposición y seis verracos.
La granja no está cerca en esta ocasión de ningún núcleo urbano, pero sí de otros elementos sensibles. Fontanillas de Castro es el pueblo que, en línea recta, se encuentra más cercano a las instalaciones, y las naves estarían con todo a más de tres kilómetros de las primeras casas. Sin embargo, el límite del embalse de Ricobayo está, literalmente, lindando con las parcelas en las que se plantea ubicar la granja. La distancia entre la parcela y el embalse es de menos de cien metros. Cuando el embalse esté alto, el agua llegará hasta las propias parcelas. El proyecto, con todo, insiste en que «no se producirá vertido al Dominio Público Hidráulico».
Los terrenos sobre los que se plantea instalar la granja tienen una extensión de algo más de 132.000 metros cuadrados, en los que se construirán naves y otras instalaciones en una extensión de unos 17.000 metros cuadrados. Habrá cuatro naves de partos, cuatro naves de gestación, una nave de recría, un estercolero con capacidad para 1.215 metros cúbicos de estiércol y dos balsas de purines con capacidad total para 14.000 metros cúbicos. Esto por lo que refiere a las instalaciones principales. Entre las secundarias hay también silos de pienso, embarcaderos, oficinas, vestuarios y las edificaciones que son habituales en proyectos de este tipo.
Se proyecta un consumo anual de agua de 24.479 metros cúbicos que saldrán de una perforación en el subsuelo, además de 4.760 toneladas anuales de pienso. Por lo que refiere a la generación de residuos, se prevén 17.397 metros cúbicos anuales de estiércol líquido, que se convertirán en 1.118 toneladas anuales de estiércol sólido una vez se trate.
«Teniendo en cuenta el informe del Servicio Territorial de Sanidad de Zamora, las emisiones de la actividad, los valores limite impuestos y el resto de las prescripciones incluidas en esta autorización ambiental, no se prevén impactos sobre la salud de las personas», concluye el documento publicado este lunes en el Bocyl.
